Una de las novedades principales, si no la que más, del programa de la Gran Fira ha sido el estreno de la «Nit a la Mar», una fiesta ininterrumpida que copia el modelo de la «Gran Nit de Juliol», que tendrá lugar el día 22, pero que, en esta ocasión, se desarrollará íntegramente en la fachada marítima. Bajo la excusa temática de celebrarse en vísperas del día de Nuestra Señora del Carmen, la advocación marinera por definición.

A lo largo de cerca de nueve horas, varios emplazamientos de los Poblats Marítims acogerán actuaciones de música en la calle. Las cuatro primeras horas, en sus calles y plazas. Desde el punto más al sur, la Plaza del Rosario, un pasacalle trasladará el interés al espacio habilitado en la Marina para conciertos. Allí continuará la fiesta, aunque se interrumpirá a las doce de la noche para poder contemplar el castillo piromusical.

«El mejor del mundo»

Este debería ser, números en la mano, el evento más importante de la Gran Fira. Aforos en la mano, tritura numéricamente a la Batalla de Flores y es, sobre todo, un experimento que puede ser definitivo a la hora de consolidar una actividad pirotécnica de primer orden en la ciudad. Las grandes ciudades pirotécnicas no se ponen en el mapa con castillos si no van acompañados de música sincronizada. Ricardo Caballer fue definido ayer por el concejal Pere Fuset como «el mejor del mundo en esta especialidad» y recala por segunda vez en la ciudad tras su estreno el año pasado en el Museo de las Ciencias, que no es el mejor escenario para este disparo. «Como promoción de la ciudad, para vender València, fuegos artificiales en ese lugar es excelente, de lo mejor. Pero para disparar un piromusical y en el mes de julio, creo que el que vamos a utilizar ahora es mejor» aseguraba el pirotécnico (quien aguarda la llegada al mundo de su hijo, que será Ricardo IV en la saga).

Ricardo Caballer promete con Ola de Luz Mediterráneo «todo tipo de efectos, toda la gama de colores, 42 posiciones de fuego, 5.200 órdenes y 19 minutos de espectáculo que se harán cortos para el público. El piromusical no es como un castillo en ese sentido». No le preocupa que los calibres sean reducidos «porque hay tamaño suficiente para hacer grandes aperturas y con calibres más grandes habría que irse más lejos y lo que quiere, como remate del espectáculo, es «lágrimas de emoción». El disparo empezará con una introducción, a través de megafonía, en castellano, valenciano e inglés.

Refuerzo de la EMT

«Vamos a experimentar. A ver cómo responde el público» aseguró el edil Pere Fuset, que confía que el castillo sea «un éxito como el del Espolín que se disparo antes de fallas» y pueda convertirse en una cita ya permanente. Para poder asistir en transporte público, se reforzarán las líneas N1,N9 y 19.