En una ciudad que es casi redonda, los caminos suelen ir a parar siempre al cogollito de la misma. Por eso, en València se acuñó el término «descentralización» para vestir a todo aquello que sale de la pelota urbana que traza la antigua muralla o el recorrido de la línea cinco. Y ayer hubo descentralización para todos los gustos en la jornada que marca el ecuador de la Gran Fira. La más importante, el nuevo invento, la Nit a la Mar. La fórmula es sencilla, pero sirve para tener presencia en muchos sitios. Los artistas se repartieron por plazas de los Poblats Marítims (La Cruz, Angeles y Rosario) y después se fue en comandita hasta la Marina para seguir la fiesta en la Marina.

Allí esperaba el piromusical de Ricardo Caballer. Un verdadero «no parar» con partes perfectamente marcadas y que, tal como prometía el pirotécnico, se hizo corto por su vertiginosa velocidad y en el que la maestría para hacer coincidir los ritmos con los fuegos volvieron loco al personal.

Y no fue el único sitio donde se repartió juego. El Correfira se fue hasta Borbotó, con el verdadero sabor de fiestas del pueblo. La Plaza de la Patrona se llenó de sillas para contemplar los dos espectáculos de rigor. Unas actuaciones para menos público de lo habitual (la convocatoria en San Marcelino o en la Plaza de Roma fueron, por ejemplo, excepcionales), pero dando la oportunidad a un lugar poco atendido normalmente.

Hasta las preselecciones de fallera mayor y corte de honor se quisieron sumar repartiéndose no sólo por los Jardines del Palau, sino por barrios periféricos, convirtiéndose en «festes de carrer».

El centro, con todo, no se quedó huérfano, porque en la Plaza del Ayuntamiento se celebró la Mostra de Vins y el Barrio del Carmen celebró la penúltima jornada de sus fiestas patronales. La virgen de los marineros es el santo y seña en un lugar donde la única agua es la que pasaba por el río y esa no cuenta. Ayer se celebró una Ofrenda a cargo de la clavaría y de las falleras mayores de las comisiones. El callejeo vestidas a usanza y con mantilla se convirtió en la sorpresa para los turistas. Que aún tendrán una ración más espectacular en la jornada de hoy, cuando la imagen procesione por las calles y callejuelas.

Antes, por la mañana, la Virgen del Carmen marinera, la de la iglesia de Santa María, saldrá a las Atarazanas a presidir una misa y después, los marineros la llevarán hasta el puerto.