Aunque coincide en el tiempo, no es un tema de terrorismo. La Lonja de València ha recuperado, siete años después, la seguridad privada del edificio con la finalidad, esto sí, de proteger una de las principales joyas patrimoniales de la ciudad. El servicio de seguridad ha empezado a funcionar el pasado miércoles de forma indefinida.

La Lonja de València, declarada patrimonio de la humanidad desde el año 1996, ha sido siempre uno de los monumentos más visitados de la ciudad y también uno de los más visitados de España. En el año 2016 recibió 503.274 visitas y en lo que va de 2017 el número alcanza ya las 360.633. Eso hace una media de 1.500 personas diarias.

A pesar de ello, en el año 2010, el anterior equipo de Gobierno suprimió el servicio de vigilancia privada del edificio con el telón de fondo de la crisis y el argumento de que este edificio no alberga colecciones pictóricas o escultóricas que puedan ser robadas o dañadas. Y así ha permanecido hasta ahora, en que el nuevo equipo de gobierno ha decidido restablecer ese servicio de vigilancia privada e interna. Los trabajos comenzaron el pasado miércoles, 23 de agosto, y se prolongarán de forma indefinida.

Ya en marzo de este año se incorporó un desfibrilador semiautomático y se formó a los trabajadores en técnicas de reanimación pulmonar para ampliar el servicio que se da a los visitantes.

«En el Govern de la Nau -explicó la concejala de Cultura, Gloria tello- tenemos una firme apuesta por la cultura, porque queremos y cuidamos del patrimonio de los valencianos y dentro de éste, la Lonja tiene un carácter muy especial, por ser un edificio único en Europa».

Además, la contratación de un servicio de vigilancia privada «refuerza el Plan de Recuperación del Patrimonio que diseñamos nada más constituir el nuevo gobierno. Se trata de un completo plan de rehabilitación y recuperación de nuestro patrimonio. Con esta acción protegemos la Lonja para su correcto mantenimiento», concluyó la concejala.