El Lancia Delta de la exalcaldesa Rita Barberá fue uno de los símbolos de la decadencia del gobierno del Partido Popular de la ciudad. El coche italiano, cubierto de polvo y con las ruedas deshinchadas, aguantó nada menos que 23 años aparcado en la misma plaza del estacionamiento que el Ayuntamiento de València tiene en el interior de la casa consistorial, pero las denuncias de la oposición, encabezadas entonces por Compromís y Joan Ribó, consiguieron que Barberá ordenase su retirada.

Después de un tiempo sin uso definido, la plaza que ocupaba el Lancia Delta de la exalcaldesa se ha convertido en un estacionamiento para la flota de bicicletas eléctricas del propio consistorio. No deja de ser sintomático que entre el gran número de plazas que se encuentran en el sótano de la casa consistorial se haya elegido precisamente la que ocupaba el coche de Barberá para colocar las bicis, el medio de transporte favorito de buena parte del equipo de gobierno, incluido el alcalde Joan Ribó.

El Govern de la Nau se ha caracterizado por recuperar espacios públicos que estaban infrautilizados para el disfrute o uso de toda la ciudadanía, como la apertura del balcón municipal, la Casa Forestal del Saler o la recuperación de refugios antiaéreos.

En las sedes municipales

Intencionado o no, el caso es que la plaza de aparcamiento que ocupó el Lancia Delta es ahora una pequeña estación de recarga para las bicis eléctricas del ayuntamiento. Las adquirió la Concejalía de Mobilitat Sostenible a una empresa valenciana para que todos aquellos funcionarios de la casa que necesitaran desplazarse por motivos de trabajo eligieran esta opción más ecológica en lugar que algún vehículo de la flota motorizada. Las bicis eléctricas también se encuentran en la sede de Tabacalera.