a vida de Arantxa González hablaba de plenos en algunas de las facetas de su vida. Por ejemplo, en la laboral: en el mes de julio, cuando se conoció a todas las candidatas, se le preguntaba por su promedio de victorias en su condición de abogada laboralista y llevaba uno de uno. Y en su vida fallera también se podía aplicar a su experiencia en preselecciones: «tres de tres».

Si vamos por partes resulta que Arantxa acababa de jurar la Constitución en el Colegio de Abogados (fue también en el mes de julio) después de haber hecho intersección entre el trabajo y la falla: «hice las prácticas, tanto las voluntarias como las curriculares, en Buenaventura Nicolau Abogados», esto es, «en el despacho de mi presidente (José Vicente Buenaventura), que además es el padre de quien ha sido mi fallera mayor infantil (Mireia)». Es del plan académico antiguo y «ya había entrado en sala, había empezado a conocer los entresijos...» y, como queda dicho, ya había tenido su primer juicio. Eso sí, «en la falla no hablamos del derecho».

Y en el currículum fallero leeríamos que es fallera «desde antes de nacer. La fiesta me la inculcó sobre todo mi abuelo, que además era orfebre», pero lo fue primero unos cientos de metros más hacia el centro de la ciudad: «en la falla La Parreta». Era muy, muy pequeña cuando esta comisión tuvo un efímero paso por la Sección Especial. Ella reinaría en el año 2000 y al año siguiente es cuando aterrizó en la avenida de Ecuador, su lugar de residencia. «Y no tenían fallera mayor. Y como no me gusta... repetí». Como queda dicho, pasó las dos veces la preselección. La primera de ellas con Elena Nebot, quien sería después la fallera mayor infantil de la ciudad. «Fui feliz en la primera ocasión y me presenté otra vez porque, como había vuelto a ser fallera mayor infantil, lo volví a hacer. No lo perseguía, pero tenía la oportunidad. Claro que me habría gustado salir elegida en alguna de las finales, pero pasó así y esa es la historia». En 2017 repitió ya como mayor. «Era el año. Había terminado la carrera, tenía apoyo, estaba la coincidencia con el presidente y su hija». Y en la preselección, lógicamente, volvió a salir. Le falta que ahora el jurado le de doce meses que no será precisamente una condena.