Ha sido noticia en los últimos meses la situación del establecimiento conocido como «La Gallera» situado en la calle de Aluders, junto a la de la Linterna, y que se encuentra sin inquilino para su actividad cultural. Porque, pese a conservar su viejo nombre de «La Gallera», dejó la actividad que la «bautizó» y fue sucesivamente alquilada como almacén y luego centro de actividades culturales.

El nombre del local viene de muy antiguo, cuando en España estaban autorizadas como espectáculo las peleas de gallos -y también las de perros-. Pero esas dos actividades sangrientas quedaron en el olvido, manteniéndose solamente el boxeo.

Norma un poco extraña, pues si estamos dispuestos a que dos hombres puedan maltratarse y lesionarse mutuamente -incluso a que alguno muera, como así ha ocurrido-, es extraño que se prohíba el daño entre gallos, que muchísimas veces matamos en casa para nuestras comidas.

Se ha dicho que es un tema de voluntad; que unos hombres pueden estar dispuestos a golpearse mutuamente, pero que los animales -irracionales- no son libres de enfrentarse en una pelea. Pero ¡cuántas veces vemos dos perros juntos o dos gallos en el mismo corral, y no se pegan entre sí si no quieren!

Pero, en fin: la «Gallera» dejó de ser un ring de los esposos de las gallinas, fue un inmueble rehabilitado y decorado, de forma que ha sido aprovechado para actos culturales, cuyo alquiler ha sido abandonado por entidad social y ahora se espera que entidades públicas vuelvan a optar por su contratación.

Pero, con la desaparición de las peleas de gallos entre sí, seguimos preguntándonos por qué, sin embargo, sí que se permite que dos hombres, necesitados de una gratificación, tengan que subir al ring y liarse a golpes. Porque no ignoremos que a «los puños» se acude por necesidad económica. Que ningún hijo de millonario se ha dedicado a tal pelea.

Y recordemos que dos conocidos artistas, Arturo Fernández y Tony Leblanc, hicieron sus intentos en el boxeo, pero en cuanto tuvieron su primer contrato teatral, dejaron los «segundos fuera» y se dedicaron a la escena, en la que tantos triunfos han tenido.