La temporada de la quema de la paja del arroz se está alargando «más de la cuenta» , según denuncian agricultores ribereños de l´Albufera, por lo que los efectos de la combustión de la masa vegetal siguen incomodando a buena parte de la población de València y de los pueblos metropolitanos, como Silla o Manises, que ayer sufrieron la espesa nube con los restos. Pero esa no es la única consecuencia. Las quemas, autorizadas por la Conselleria de Medio Ambiente, se producen a sólo 48 horas de la celebración del maratón en el que miles de corredores recorrerán las calles de la ciudad.

El temor es que prosigan hoy las quemas o que el viento no acabe de barrer las partículas contaminantes en suspensión, y que puedan afectar a los corredores que se congregarán mañana en València para disputar el maratón.

Al parecer, la quema de varios arrozales en Sollana y también en Sueca fueron los que provocaron que el humo terminara alcanzando el «cap i casal», con una niebla que dejó cubrió buena parte de la ciudad y el olor propio de estas combustiones vegetales.

Agricultores del Palmar y Sollana mostraron ayer su «indignación total» con el calendario y medidas propuestas por la Conselleria de Medio Ambiente, al considerar que los límites que han puesto para la quema de la paja del arroz «está prolongando en exceso un proceso que otros años hemos solventado en unos días». Los labradores insisten en que la Administración debe autorizar la combustión de mayor superficie y no escalonarlas tanto «porque nunca nos hemos plantado en estas fechas con campos aún por quemar».

Y aún queda Silla

Lo cierto es que estas últimas quemas cuentan con permisos extraordinarios concedidos por conselleria tras autorizar la combustión de las zonas más bajas de l´Albufera. Y al parecer, aún queda superficie pendiente en zonas como Silla, por lo que es posible que estos episodios de grandes humaredas se vuelvan a repetir en los próximos días.

Una imagen de satélite desvelaba ayer claramente el origen del humo, situado en los términos de Sollana y Sueca, y que también afectaba a zonas como Les Palmeres, el Mareny o El Perelló.

Según los arroceros, conforme se retrasan las quemas hay más posibilidades de que la paja del arroz se moje más por el rocío de la mañana y, por lo tanto, se genere más humo por las combustiones, siempre controladas.