Un vecino del barrio de La Vega Baixa de València lleva más de dos años intentando que una entidad bancaria haga completamente accesible la entrada de su oficina de la calle Ramón Llull 3, aunque tanto el banco como el Ayuntamiento de València aseguran que es técnicamente imposible porque existe un elemento estructural del edificio que no se puede rebajar, además de un lucernario del garaje. Sin embargo Luis de Salvador denuncia que otro comercio situado junto a la oficina bancaria sí ha ejecutado unas obras que incluyen una rampa de acceso y que ha recibido la pertinente licencia del consistorio. Para este vecino la solución más factible, rápida y económica sería la instalación de una pequeña rampa metálica en el acceso, pero no entiende por qué Bankia no ha contemplado esa alternativa.

Luis de Salvador tiene dos hijos con discapacidad y pertenece a la asociación Bona Gent, por lo que asegura que está muy sensibilizado con los problemas de accesibilidad que presentan la ciudad y que éste en concreto, pese a tener una solución factible, no se lleva a cabo.

Hace un par de años Luis se dirigió al servicio de atención al cliente de la entidad bancaria para reclamar las medidas para hacer esta oficina accesible, a la que acuden numerosos vecinos de todo el barrio tras suprimir otras sucursales. Bankia atendió su petición en un primer momento, señalizándolo, más tarde colocando unas barandillas y rebajando en 14 centímetros el escalón de acceso. Sin embargo todavía falta por salvar otros 6 centímetros de peldaño.

Un informe del arquitecto de la entidad bancaria concluyó que no se podía anular ese pequeño escalón porque afecta a la viga de coronación del muro perimetral del garaje del edificio y que el Ayuntamiento de València, basándose en este informe (elaborado por una queja anterior de otro cliente), no concedía la licencia para intervenir.

Sin embargo, la sorpresa para Luis de Salvador llegó más tarde, cuando un supermercado que se encuentra junto a la entidad bancaría sí logró licencia para realizar una rampa sobre la acera, interviniendo tanto sobre el elemento estructural del edificio como el lucernario del garaje. «Entiendo que si al supermercado le dieron la licencia y ha podido hacer las obras, a Bankia también le pueden conceder la misma licencia con una solución idéntica a la adoptada por el supermercado», explica el vecino, por lo que exige al consistorio que autorice estos trabajos.

«En todo caso -explica Luis de Salvador-, la solución para mí es mucho más sencilla, pues con una rampa metálica se resolvería el problema de accesibilidad. En el barrio encontramos muchos ejemplos de actuaciones similares, por lo que no entiendo que la entidad bancaria se niegue a adoptar una medida así. Para las personas con movilidad reducida cualquier mínimo peldaño puede ser un obstáculo insalvable», recuerda el vecino.