Joan Ribó defendió ayer el plan de usos para la Marina de València aprobado el lunes en la reunión del Consorcio 2007. Frente a la oposición, y el voto en contra de València en Comú, el alcalde abogaba por una Marina «viva y dinámica», en la que puede tener cabida un hotel que no necesariamente ha de ser de treinta alturas según Ribó.

«No tiene por qué llegar a las 30 plantas, y no sólo tiene que ser destinado en hotel, sino a albergar servicios, talleres de coworking y otras actividades», detallaba. «Además, siempre con una construcción basada en la integración en la trama urbana, la sostenibilidad y la participación ciudadana», argumentaba la máxima autoridad municipal, saliendo así al paso de las duras palabras de su socia de gobierno María Oliver, que calificaba de «aberrante» el proyecto.

Ribó, en un intento por suturar otra incipiente crisis de gobierno municipal, insistía en que el Ayuntamiento «trabajará por la integración paisajística y para conseguir un proyecto que sea emblemático para la ciudad».

«Son elementos que los podemos explicar y trabajar sin problemas», en alusión al resto del equipo de gobierno. Preguntado por si se tratará de reconducir la posición de València en Comú, Ribó aseguraba que su voluntad es «integrar» aunque se trata de una cuestión que «no solo depende de Alcaldía». «Sabéis que la Marina es cosa de tres.

El lunes se reunió el Consejo Rector que no se había reunido presencialmente hacía cinco años, y dimos un paso de gigante», remarcaba el alcalde. Aprovechaba, además, para recordar la paralización que ha sufrido el enclave marino por la denunciada inacción del gobierno. El alcalde iba más lejos al apuntar que en todo el mundo «se ve que este tipo de proyectos son los más eficientes a nivel energético".

Por ejemplo, el modelo de Nueva York, que es un modelo de construcción en vertical, podemos compararlo con el de Atlanta, donde impera la construcción horizontal», razonaba. «Es mucho más estable y sostenible el modelo en vertical, y más teniendo en cuenta que hablamos de un solo edificio de estas características. El edificio del cual hablamos puede ser emblemático, de calidad e integrado en el entorno», reiteraba, en contraposición al vaticinio de Oliver, que hablaba de una construcción que volumétricamente tendrá «un impacto paisajístico y urbanístico inaceptable». «La Marina precisa de unas instalaciones que puedan disfrutar todos los valencianos y soy optimista», es el lema de Ribó.

Así, recordaba que el proceso para la puesta en marcha del proyecto será largo, teniendo en cuenta que se trata de cuestiones que dependen de tres administraciones como son Ayuntamiento, Generalitat Valenciana y el ejecutivo español.

Alfonso Novo (PP), consideraba ayer «incongruente» que Ribó y los ediles del PSPV que calificaron el plan de usos de la Marina, que incluía un establecimiento hotelero junto a la estación Marítima, como «un desastre y una ruina para la ciudad» estén ahora que gobiernan impulsando el plan que desarrolló Rita Barberá.

«Cuando estaban en la oposición lo rechazaban y lo denostaban sin argumentos, dejando patente ahora con su posición favorable que siempre han antepuesto por encima de todo el interés de sus partidos políticos al de los de los valencianos», según Novo. «Todo lo que dijeron en contra de este proyecto queda, en las hemerotecas, en las actas de los plenos y en la memoria», concluía.

Las obras de Brujas, a finales de mes según Ribó

El alcalde destacaba ayer que la propuesta ganadora para la regeneración del Parque de Brujas, de las arquitectas Elisabet Quintana y Blanca Peñín «encaja muy bien con el sentimiento de hacer más verde y sostenible la ciudad y de integración de elementos históricos con las nuevas tendencias». Además, aprovechaba para comunicar que las obras empezarán al acabar este mes. «Vamos a intentar dinamizarlas para avanzar en la revitalización de este espacio», recalcaba.