El diseño presentado ayer es fruto del concurso planteado por el ayuntamiento y que ganó la unión temporal de empresas (UTE) Escario Arquitectos-Tomás Llavador Arquitectos e Ingenieros-Auravall-Llogaritme. Tomás y Escario desbancaron en el concurso al arquitecto Miguel del Rey, autor junto con Íñigo Magro y Antonio Galllud del diseño ganador del concurso de ideas convocado en 1999 por el Colegio de Arquitectos y que el Govern de la Nau anunció que serviría de base para la remodelación actual.

Tomás y Escario, sin embargo, han rehecho el proyecto por completo para adaptarlo al proceso de participación ciudadana y eliminar aspectos, como la recreación de las ruinas de época romana que había en el subsuelo de la plaza. Las obras del aparcamiento en los años 70 del siglo pasado arrasaron todos los restos arqueológicos. Así lo constata el informe arqueológico de los técnicos municipales que acompaña el proyecto. Los autores del proyecto apuntan que no hay ruinas que recuperar por lo que se ha renunciado a recrearlas en aras de ganar espacio para uso público. Con todo se harán tres catas arqueológicas También se ha eliminado del proyecto de Del Rey los desniveles y escalones previstos, para dar continuidad espacial a esta gran plaza y hacerla lo más accesible posible.

Tras ser aprobado por la Junta de Gobierno Local, el proyecto será remitido a los diferentes servicios implicados (Bomberos, Ciclo Integral del Agua, Alumbrado?etc) para que emitan los correspondientes informes. Será el paso previo para iniciar el proceso de licitación, para la cual el concejal de Movilidad, Giuseppe Grezzi, no quiso dar fechas. El plazo de ejecución en todo caso una vez adjudicada esta obra, una de las más caras impulsadas por el Govern de la Nau, será de entre 12 y 14 meses, magnitudes ambas que se espera que se reduzcan en el proceso de adjudicación de las obras.