En el vecindario del barrio de Morvedre están hartos de convivir con los ruidos que emanan cada noche de verano desde las pistas polideportivas que hay entre la calle Almazora y la calle de Fray Pedro Vives. Hasta 113 residentes elevaron sus quejas al Síndic de Greuges y al Ayuntamiento por el estruendo que provocan los partidos que se alargan hasta las primeras horas de la madrugada, evitando su descanso. La Instalación Deportiva Elemental Morvedre tiene un horario permitido de 10 a 22 horas, pero sus accesos son abiertos porque se considera vía pública según fuentes municipales.

«Lo que realmente molesta es el ruido cuando el balón pega en la valla metálica», cuentan fuentes vecinales. Asimismo, el calor que hay en València durante los meses estivales obliga a muchos residentes a dormir con ventanas abiertas, por lo que son más sensibles al estruendo.

Ante estas reclamaciones, la respuesta consistorial fue que se tiene conocimiento de las mismas y que se ha activado un servicio de vigilancia discrecional. No obstante, el vecindario contesta que «una vez se marchan los agentes, al rato vuelven a jugar», además de quejarse por la tardanza de estas patrullas considerándolas «inefectivas».