El concejal de Hacienda, el socialista Ramón Vilar, anunció ayer que el Ayuntamiento de València empezará ya a cobrar impuestos a los locales de la Iglesia Católica que tengan una actividad lucrativa, nunca a los dedicados al culto.

Aunque sigue pendiente la modificación de la Ley del Mecenazgo para eliminar estas exenciones fiscales, Vilar apeló a una reciente sentencia de la Unión Europea que ve una vulneración de la libre competencia este tipo de privilegios.

Se calcula que el Ayuntamiento de València deja de cobrar un millón de euros al año por las exenciones fiscales de las que gozan las confesiones religiosas, especialmente la Iglesia Católica, y otras organizaciones culturales y sociales también exentas de estos pagos.

Desde hace años, sin embargo, se intenta cambiar la Ley de Mecenazgo,fiscales, para poder cobrar impuestos (IBI, IAE, ICIO) a aquellos locales que no estén dedicados al culto y tengan una actividad lucrativa. La Iglesia, de hecho, tiene muchos locales alquilados para hoteles, aparcamientos, tiendas, etc.

No hay espera

Sin embargo, esa modificación nunca llega y Vilar admite que ahora, con el nuevo Gobierno, se abre esa posibilidad. De todas formas, el Ayuntamiento de València no va a esperar a ello, pues según el concejal de Hacienda, existe una sentencia de la Unión Europea, de mayor rango que la Ley de Mecenazgo, según la cual este tipo de privilegios son una vulneración de la libre competencia.

Así pues, de manera inmediata se empezarán a cobrar los impuestos a todas las confesiones, empezando por el Impuesto de Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO), del que ya tienen algún caso en la Universidad Católica. Y luego vendrán el resto de impuestos, con especial incidencia en el IBI, que se pone al cobro entre los meses de marzo y abril.

Vilar dijo incluso que intentará cobrar los impuestos de los últimos cuatro años, que es la retroactividad que permite la ley en estos casos.

Tras hacerse pública esta decisión, el portavoz del Grupo Popular, Eusebio Monzó, mostró su desacuerdo con la misma. Para Monzó el anuncio del tripartito «tiene una intencionalidad política clara», ya que «está en la línea sectaria del acalde Ribó de negar a la Iglesia la inmensa representación social que tiene entre los españoles».

La Iglesia, explicó el portavoz popular, «realiza una labor social imprescindible, de un valor incalculable, centrada sobre todo en las personas más necesitadas y vulnerables, que da respuesta en muchas ocasiones a necesidades asistenciales que corresponderían cubrirlas a las Administraciones públicas».

«Esta valiosísima labor de la Iglesia ha quedado patente hoy mismo (por ayer), tal como ha reconocido la propia vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, cuando ha informado a los medios de comunicación de que la mayoría de los inmigrantes que llegaron el domingo con el Aquarius están siendo dirigidos a recursos de Cáritas», dijo.