elena está preparando la media maratón de València. Sale de su casa en Foios para cumplir con el entrenamiento diario y se tropieza con varios obstáculos si quiere llegar hasta Vinalesa donde puede recorrer los kilómetros necesarios siempre cerca del barranco del Carraixet, frontera natural metropolitana de todos estos municipios de l´Horta Nord que conforman un entreverado de población, huerta, acequias y carreteras secundarias desde el cinturón asfáltico del bulevar norte de Valencia. Es en ese paisaje donde tanto Elena, deportista de tiempo libre, como muchos otros vecinos se entrenan, se desplazan, pasean, o se comunican entre núcleos de población.

Durante muchos años se han usado las riberas del Carraixet y los caminos rurales entre pueblos para el tiempo libre, sea éste deportivo o para actividades de tiempo libre. Y durante muchos años los Ayuntamientos respondieron a esa demanda impulsando diferentes acciones que nunca tuvieron respuesta en las anteriores administraciones. Ya en 2000 surgió del Ayuntamiento de Vinalesa la primera propuesta mancomunada con 12 municipios para construir un carril bici que uniera por senda verde diferentes caminos, conectara con el carril bici de Valencia y llegara a las primeras estribaciones de la Calderona. Más tarde sería el Grupo Socialista en Les Corts el que volvería a recordar la demanda de un carril bici haciendo hincapié también en la seguridad vial. Esa filosofía acabó entroncando con la gran apuesta socialista para la alcaldía de València en 2011 de la mano de Carmen Alborch: «La Via Verda».

Con todo este bagaje se presenta una obra que ya es parte de las nuevas directrices estratégicas de la Conselleria de Infraestructuras. Fue desde el gobierno socialista de Vinalesa en el año 2000 desde donde salió la primera propuesta del llamado hoy «anillo verde metropolitano» y es en Vinalesa donde comienzan estas obras de importancia capital en las políticas de movilidad, deporte, salud, medio ambiente y tiempo libre que defendemos. Porque son símbolo de cambio de prioridades hacia una política -que ya no es alternativa- para obras públicas adecuadas a los usos y demandas de una ciudadanía que cada vez busca más infraestructuras viales de ocio a escala de su bienestar.

Bienestar que va unido a la puesta en valor de nuestro patrimonio cultural, agrícola y medioambiental y a potenciar los itinerarios saludables alejados de los vehículos a motor.

Hoy en día, en el Fòrum de l´Esport insistimos que nuestros programas electorales municipales incluyan la construcción o señalización de vías verdes e itinerarios cardiosaludables que hace ya tiempo que están consolidadas como políticas públicas de movilidad y deportes en el norte de Europa. Es un orgullo saber que ahora desde departamentos supramunicipales dedicados a infraestructuras existe la misma sensibilidad y se traduce en inversiones y obras a escala de las personas que, como Elena, salen de su trabajo y quieren usar su tiempo libre para hacer deporte en un espacio seguro, sano y tan bello como el que roturaron las huertas y acequias en el devenir de la historia de nuestro pueblo.