Si este verano el debate ha sido (y continúa siendo) por dónde deben circular los patinetes eléctricos y el resto de vehículos de movilidad personal, la irrupción en València del servicio de alquiler de patinetes eléctricos sin necesidad de base fija, ha iniciado un nuevo debate: ¿dónde se deben aparcar estos artilugios? Viandantes, ciclistas y comerciantes coinciden en que su lugar no son las aceras, ni para circular ni para estacionarlos, pero la empresa norteamericana Lime ha «soltado» en las calles del centro más de 250 patinetes, todos ellos invadiendo el espacio público.

Aunque Lime intenta estacionar sus aparatos entre los huecos libres de las aceras que dejan arbolado, bancos, papeleras o semáforos, sus usuarios no parecen tan cuidadosos y ya se han dado casos de artilugios eléctricos aparcados en mitad de las aceras o una plaza, interrumpiendo el paso de peatones y provocando un problema (más) de movilidad para los viandantes, que deben sortear todo tipo de obstáculos.

Al problema de movilidad se añade el del aprovechamiento que hacen del espacio público, sin pagar de momento ninguna tasa al ayuntamiento. ¿Por qué un hostelero paga su licencia por una terraza, o un mercado ambulante hace lo propio y no esta multinacional? ¿Por qué se persigue a los manteros por vender productos en la vía pública, pero el negocio de los patinetes puede operar sin pagar tasas?

José Luis Gisbert, del colectivo València Camina, lamenta que los viandantes sigan siendo «los millonarios de la ciudad, porque lo pagamos todo». «Terrazas, mobiliario invasivo, motos y bicis mal aparcadas y ahora los patinetes. Su llegada a las aceras es un retroceso», lamenta.

Gisbert reclama al ayuntamiento que le haga espacio a todos estos nuevos modos de movilidad «en la calzada» y pide una norma reguladora positiva para los viandantes, «que salvaguarde el espacio por el caminamos y que todo el mundo sepa que no se puede invadir».

Desde València en Bici también ven un retroceso el modelo de negocio de patinetes compartidos. «La acera es sagrada, no pueden ocuparla con sus vehículos, ni circular ni estacionar. Además esta actividad debe estar regulada, que paguen sus tasas como otras actividades», explica Fernando Mafé, portavoz del colectivo, València en Bici.

Los Comerciantes del Centro Histórico están en la misma onda. «Si hemos bajado las motos de las aceras, tampoco pueden estar los patinetes. Y si vemos mal la actividad de los manteros, vemos igual de mala que una empresa privada trabaje en la vía pública sin pagar tasas», explica Julia Martínez, gerente de la entidad.