Lo que iba a ser el debate de una moción del PP para impulsar la declaración de la paella como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad se convirtió poco antes del pleno en una declaración institucional apoyada por todos los grupos municipales. Además de iniciar ese proceso, se crea una comisión de expertos que trabaje por esa candidatura y valore otros posibles reconocimientos internacionales.

«La paella es el epicentro de la tradición gastronómica de València y su provincia, además de un elemento vertebrador de la gastronomía de la Comunitat Valenciana». Así comienza la declaración institucional presentada ayer, que considera a este plato típico valenciano «una de las marcas mundiales más prestigiosas».

Tras recordar que la Unesco protege la elaboración de determinados platos y prácticas culinarias y que más allá del plato en sí se valora la «práctica, el ritual, la costumbre para la elaboración y el arte para su preparación», el documento aprobado ayer explica que «la paella está unida a tradiciones festivas en su territorio, en donde se unen múltiples disciplinas y actividades, desde las culinarias a las culturales, económicas, de ocio, medioambientales, de artesanía etc., siendo un elemento integrador de la sociedad por la participación de todos, mujeres y hombres, niños y ancianos, teniendo, además, una proyección internacional indudable».

Por último y como exponente de la dieta mediterránea, «reivindica los valores de la hospitalidad, la buena vecindad, el diálogo intercultural, la creatividad y el respeto por nuestras tradiciones».

Si se tiene en cuenta, por tanto, que la Unesco exige tradición y modernidad, un carácter integrador, ser representativo de un lugar y que implique a toda la comunidad, la propuesta ante la Unesco debía salir adelante, concluyen.