Chispi, Galia o Nicasio buscaban ayer una segunda oportunidad. «De nosotros depende que la tengan y por eso, me hice casa de acogida», explicó Vicky Morillo a Levante-EMV. Ella, asistió ayer a la última edición de la Feria Animalista organizada por la Concejalía de Bienestar Animal del Ayuntamiento de València.
En el caso de Morillo, el voluntariado lo realiza a través de Modepran, y tiene muy claro que quedan muchas cosas por hacer. Como la concienciación social, endurecimiento de las leyes y más ayudas a las asociaciones que rescatan y protegen animales, porque «las protectoras son el final de un montón de cosas mal hechas».
Escuchar la historia de Hera estremece: es una perra mestiza de un año que tuvieron que rescatar de una casa donde la tenían encerrada todo el día en una habitación rodeada de sus propias heces. Al final, un compañero de piso de la pareja propietaria denunció el caso de maltrato animal. Ahora, Hera es feliz junto a Nieves Felipe en su casa de acogida. Llevan juntas siete meses y «se me parte el corazón de pensar que algún día se marchará, pero irá a una buena familia que le dará la mejor vida», dice Nieves.
Esta muestra ayuda a que la sociedad reflexione sobre la importancia de adoptar y por supuesto, de no abandonar ni maltratar a los animales.
Y parece que surtió efecto. Esther y Javi solicitaron información sobre la adopción de un galgo. Una de las razas más estigmatizadas y que más sufren el abandono, junto con los podencos. «La compañía y el amor que te dan no tiene comparación», explicaron. Así que en cuanto han tenido la oportunidad, no han dudado en preguntar a la asociación Galgos 112.
La protectora Conexión Felina también contó con puesto. Están especializados en el control y actuación sobre colonias felinas que «son muy beneficiosas para el vecindario porque, entre otras cosas, evitan las plagas de ratas y de palomas». «Es fundamental la formación y la información», insiste el presidente de la asociación, Juan Carlos Peral, y por supuesto «la colaboración de los consistorios».
