La Policía Local ha lanzado una ofensiva contra el botellón masivo en las calles de València a través de la Unidad de Convivencia y Seguridad (UCO), creada hace ahora un año con este gran objetivo. Según el último informe oficial, a lo largo de este año se han vigilado un total de 24 calles y plazas de la ciudad y el número de denuncias por consumo de alcohol y estupefacientes en la vía pública ha crecido un 66% respecto al año pasado, con 500 denuncias hasta el 31 de octubre pasado.

Desde hace años el botellón se ha convertido en la principal fuente de molestias, ruido, suciedad y degradación en muchas zonas de València. De ahí que la Policía Local, a través de las nuevas UCOs haya lanzado una ofensiva para, al menos, paliar el problema. A lo largo de este año 2018 se han montado dispositivos de vigilancia permanente en la Plaza de Benimaclet, Russafa, la Cruz Cubierta, Juan Llorens, el barrio del Carmen y el Paseo Marítimo.

De estos, el último en montarse ha sido el de Russafa tras las reiteradas denuncias de los vecinos. El más intenso, sin embargo, está localizado en la Cruz Cubierta, concretamente en las inmediaciones de la discoteca «Cream», donde se trabaja intensamente en la prevención de reyertas y la conducción bajo los efectos del alcohol. La discoteca, por su parte, colabora con control de aforos, « mediadores» y la salida paulatina del local.

En el caso del Paseo Marítimo, el mayor problema está junto al hospital de la Malva-rosa, en cuyas dársenas traseras es preciso poner vallas para evitar molestias.

Por lo que se refiere a los puntos de vigilancia discrecional, es decir, a requerimiento de los vecinos, los lugares frecuentados por la Policía Local son la calle Ruaya, en las inmediaciones de la discoteca «Deseo 54», Plaza del Cedro, Periodista Ros Belda, Plaza de Honduras, Avenida Blasco Ibáñez (desde Manuel Candela hasta Serrería y sobre todo frente a la discoteca «Rumbo»), Antigua Senda de Senent, Polo y Peylorón, Eolo, Paseo de Neptuno, Padre Porta y Juan Verdeguer (discoteca «Three»), Plaza de España (discoteca «La Indiana» y jardines «Trina»), Profesor López Piñero y alrededores de la Ciudad de las Ciencias, Bombero R. Duart, Gaspar Aguilar (discoteca «Bora Bora», Jerónimo Monsoriu y aledaños de la estación del AVE, Marina Real, Plaza de la Virgen y Eduardo Boscá.

De estos puntos destaca el de Plaza de España, pues desde el mes pasado se puso un dispositivo de vigilancia permanente en los jardines del kiosco «Trina» y eso ha hecho que el botellón se disperse por las calles Albacete, Marvá, Beato Gálvez, Troya o Convento Jerusalén.

Como consecuencia de esta mayor presión el número de sanciones por consumo de alcohol y drogas en la vía pública se ha disparado. En los diez primeros meses del año se han impuesto 499 multas, mientras que el mismo periodo del año pasado fueron 299.

Respuesta ciudadana

Según la concejala de Seguridad Ciudadana, Anaïs Menguzzato, «contar con un equipo especializado para tratar los casos de consumo de bebidas alcohólicas en la vía pública ha permitido realizar mayor número de actuaciones». Igualmente, dice, «se han reducido notablemente las reclamaciones vecinales y concentración de personas», particularmente en la zona de Benimaclet.

Y en cuanto a las intervenciones policiales, los datos indican un aumento en la cifra de identificaciones y pruebas de alcoholemia. Mientras que en 2017 se produjeron 1.119 identificaciones, en 2018 han sido 6.451, lo que supone un crecimiento del 476%. Por otro lado, se han realizado 263 pruebas de alcoholemia frente a las 91 del año pasado, lo que supone un aumento del 189%.

En conjunto, la concejala de Protección Ciudadana resaltó los «beneficios de contar con un dispositivo especializado como las UCOs, pues se observa un aumento de la vigilancia, intervención y atención a las denuncias de la ciudadanía respecto al año año, cuando todavía no se había establecido este equipo».