El Institut Valencià de Cultura (IVC) y la Asociación València de Cine celebraron ayer la sexta edición del festival itinerante «La Ruta Más Corta», cuya sede ha sido este año el barrio de Patraix. El certamen se ha celebrado con el apoyo del Ayuntamiento de València y el patrocinio de la empresa Subtitula'm. El certamen también se celebró en Catelló y en Elx.

«La Ruta Más Corta» tiene como objetivo celebrar el Día Internacional del Cortometraje a través de un circuito de proyecciones por diferentes locales de la ciudad. El festival quiere promocionar el cortometraje valenciano, tanto actual como pasado, reuniendo por temáticas y sesiones los cortos seleccionados. Este año se amplía a cuatro sesiones para celebrar un coloquio con sus directores.

Cada una de las sesiones se proyectó en un local y a una hora diferentes, con el objetivo de que el público pudiera desplazarse por el barrio disfrutando de todas las proyecciones. Como novedad también, la última sesión fue un pase de videoclips que culminó con un concierto de Lanuca, proyecto de Ángela Bonet, que presentó Rémora, su cuarto trabajo.

La ruta dio comienzo a las 12.30 horas con la sesión «La Ruteta», conformada por siete cortometrajes para toda la familia. La siguiente parada fue a las 18 horas en la tienda de telas y costura Bye Bye Manoni, donde se proyectaron cuatro cortos con la sesión titulada «Tornar a Casa». Entre los cortos figuraron Epidemia, de Alejandro Portaz, o Las vísceras, de Elena López Riera, que se estrenó en el Festival de Cine de Locarno.

La jornada culminó a las 20 horas en Espai Sankofa, con la sesión de videoclips «Al ritme de la ruta», seguida de un concierto de la banda valenciana Lanuca, que presentaron su nuevo videoclip, como fin de fiesta.

Ilustración y diseño

Además de apoyar al cortometraje, «La Ruta Más Corta» viene resaltando el trabajo de profesionales de la ilustración y del diseño que han nacido o residen en el barrio en el que se desarrolla el festival cada año.

Elías Taño ha sido el ilustrador elegido para esta sexta edición. Las alquerías y chimeneas tan reconocibles de Patraix se mezclaron con sus gentes y confluyeron en la proyección de la plaza, el corazón del barrio, en el cartel de este año.

Como siempre, la entrada fue gratuita en todos los pases y el público pudo votar su cortometraje favorito para otorgar el premio del público, colofón a un certamen que ha convertido al barrio de Patraix en capital del cortometraje.