La celebración de la fiesta universitaria contó con un amplio dispositivo de seguridad privada montado por la organización, compuesto por más de doscientas personas, además de un amplio despliegue de la Policía Local por los accesos a la Punta y por los alrededores del Multiespai la Punta.

Eso no impidió que las calles de la pedanía, así como los caminos de acceso y la calle principal se vieran afectados por el paso y la presencia de miles de jóvenes, la mayoría de ellos portando comida y bebida para pasar el día. La suciedad era visible en toda la zona y los vecinos se quejaron de no poder acceder a sus viviendas, viéndose obligados a dejar sus vehículos en un descampado de la entrada y llegar andando. También algunos asistentes al evento tuvieron que ser desalojados en ambulancias en estado de embriaguez.

Pero las consecuencias no fueron más allá. No hubo destrozos destacables en la huerta colindante ni se aproximó nadie a las vías del tren que pasan por la parte trasera del recinto de las paellas, vías que, por cierto, estaban protegidas por un coche policial para asegurarse de que no había incidentes. Tanto la protección de la huerta como la inseguridad ferroviaria fueron dos de los tres motivos por los que el Ayuntamiento de València denegó el permiso a los organizadores. De ahí el celo que los servicios de la organización mostraron en este sentido. El balance, en cualquier caso, no se conocerá hasta el día de hoy, según fuentes municipales.