«Este miércoles a primera hora las técnicas de Patrimonio analizarán el alcance del problema y propondrán las soluciones pertinentes», aseguró ayer la directora general de Patrimonio de la Generalitat, Carmen Amoraga, ante la alerta de riesgo de colapso de la fachada renacentista de la Arcada Nova de la Catedral de València que ha lanzado el arzobispado.

El desencuentro es total entre la Conselleria de Cultura y el arzobispado. Los responsables del mantenimiento de la Seu culpan a Patrimonio del deterioro de las vigas radiales de madera que sostienen esta arcada de tres pisos del siglo XVI. Lo hacen porque Cultura no responde al proyecto que presentaron hace cinco años para restaurar esta zona. La conselleria, que recalca que se ha enterado por la prensa del mal estado de las vigas, carga contra el arzobispado por no haber remitido los informes técnicos que se exigen a cualquier propietario de un Bien de Interés Cultural (BIC). «La ley es igual para todos», insiste la directora general.

«La ley es igual para todos»

El arzobispado presentó este proyecto de actuación ante Patrimonio en 2014, pero según Amoraga, «a día de hoy y a pesar de los reiterados requerimientos verbales y escritos sigue incompleto y a falta de informes que justifiquen la autorización de las obras».

«A finales de 2018, y sin que lo pidiera el arzobispado, enviamos a dos técnicas a la Catedral para que inspeccionaran la fachada de los absidiolos y cubierta y cúpula del relicario, a causa de las goteras de la zona», relata Amoraga. «En esa visita, se observaron un par, insisto, un par, de vigas apuntaladas y una de las técnicas les solicitó verbalmente que enviasen a Patrimonio un proyecto específico para resolver esa situación, plan que nunca hemos recibido», añade.

«No podemos autorizar un proyecto que los responsables de la Catedral no nos han hecho llegar para resolver un problema que conocemos por la prensa medio año después», explica Amoraga. Además subraya que el proyecto de 2014 es «genérico» y «su objetivo último no es la reparación de las vigas sino la modificación de determinados aspectos de la Catedral, o eso es lo que siempre nos han trasladado en las reuniones técnicas».

El relato de Patrimonio es diametralmente opuesto a la versión del arquitecto restaurador de la catedral, Salvador Vila, quien critica la falta de respuesta de la conselleria ante un proyecto de actuación que «tiene carácter de urgencia».

«Patrimonio no responde a nada»

Vila destaca que ha remitido dos informes a la dirección general: «la conselleria nos pidió un informe sobre este proyecto, y sobre otros, que nosotros presentamos y que elaboró la Facultad de Historia de la Universitat de València. También solicitaron otro informe arqueológico, y se presentó, realizado por el Servicio de Arqueología del Ayuntamiento de Valencia». Pese a ello, continua, «Patrimonio no nos ha respondido nada, ni sobre el proyecto ni sobre estos dos informes, ambos favorables».

El restaurador precisa que el proyecto «también incluye un estudio de la Politècnica de València, que analizó con un georradar, una a una, todas las vigas de madera, que son del siglo XVI, y que han sufrido daños en el siglo XX por un ataque de termitas, que se detuvo, y por las filtraciones de agua de lluvia a través de la cubierta, lo que ha mermado su capacidad portante».

«En el proyecto se detalla que muchas de estas vigas -prosigue el arquitecto- se podrían reforzar con fibra de vidrio, aumentando sus masas, y otras se tendrían que sustituir, y además se propone también desmontar y restaurar el forjado del siglo XVI tan valioso».