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Adopta una mascota

El desfile de perros de AUPA-Bioparc reescribe la vida de muchos canes

Un total de 30 animales han paseado ante un numeroso público para encontrar una nueva familia

Desfile perros abandonados AUPA-Bioparc

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Si bien es cierto que la concienciación animal ha hecho mella en ciertos sectores de la sociedad, son muchos los perros que siguen sufriendo el maltrato de sus dueños y son abandonados. Su perfil, sin embargo, ha cambiado. La mayoría son perros jóvenes, de uno o dos años, en contra de lo que había pasado hasta ahora. La imagen de protectoras se llenaba hace años de animales ya entrados en años. Esta mañana, sin embargo, la media de edad descendía hasta el par de años. La protectora AUPA (Adopta un perro abandonado) y Bioparc se unieron para crear un evento solidario que ofreciera la oportunidad a 40 perros (los que llegaron a la protectora tras el desfile en diciembre) de encontrar un nuevo hogar.

Además de haber sido previamente abandonados (lo que ya supone de por sí un maltrato, advierte la presidenta de AUPA, Daniela Pillon), muchos sufrieron los malos tratos del ser humano. Se podría pensar que esto provocaría un cierto rechazo en el animal en cuanto a su trato con las personas. Nada más lejos de la realidad. Durante el desfile, algunos como Melchor, un perro mestizo con poco más de dos años de edad, se deshacía en mimos con las decenas de personas que esperaban encontrar en la explanada del Bioparc un nuevo compañero. Algunos incluso se atrevieron a llevar a sus hijos e hijas (con el chantaje emocional que esto supone). Fueron los primeros de la fila y no perdían oportunidad en acercarse a perros como Cora (una loca de los juguetes), Preta (con siete años, pero que entró en la protectora siendo muy pequeña) o Yuki (abandonado en una depuradora) para acariciar su lomo o, si los progenitores lo permitían, abrazarlos durante varios segundos.

Los protagonistas de este desfile tenían que aprovechar, no siempre tienen ocasión de contar con tantas personas pendientes de ellos. El fuerte sol sobre una esplanada con escasas sombras no les impidió parar a saludar a cada uno de los que podrían ser sus nuevos amos. Desde luego, supieron vender su imagen. Media hora después de acabar el desfile, tanto Preta, como Ataulfo o Rubia ya habían conseguido una adopción. Esta última conoció a una familia que no puede considerarse otra cosa que amante de los animales. Durante muchos años llegaron a tener hasta cuatro perros en casa, señaló su nueva dueña, Mari Carmen. Una forma, explican desde la organización, de dar una segunda oportunidad y poder reescribir historias de abandono con un final feliz.

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