La Federación de Asociaciones de Vecinos ha lanzado un manifiesto con motivo de su Semana Ciudadana en el que denuncia la escasez de ayudas públicas y las penurias que pasan sus asociaciones, alguna de las cuales se ha visto obligada a cerrar el local por no poder pagar la luz o el agua.
Tras recordar la aportación que las entidades vecinales han hecho a la democracia en los últimos cuarenta años, la federación que preside María José Broseta hace un llamamiento al nuevo equipo de gobierno para que «cuenten con el movimiento vecinal, lo escuchen, fomenten el asociacionismo y no el individualismo participativo», en referencia a las nuevas formas de participación puestas en marcha la última legislatura.
«Seguimos siendo un movimiento necesario» y «es necesario el compromiso de los ayuntamientos en apoyar la participación», dice. «A estas alturas -añade- no podemos estar mendigando nuestra representatividad y ayudas para poder pagar la luz o el agua de locales alquilados, que muchas veces no se pueden pagar y hay que cerrar. Una asociación sin local está condenada a su desaparición, como está ocurriendo estos días, y eso no es tolerable, porque sin la protesta, sin el diálogo, sin tener unos ojos vigilantes en la ciudad no se llega a nada más que a la falta de interlocución y caemos en individualismos y personalismos».
En esta Semana Ciudadana, que tiene como lema «Asociaciones vecinales, cultura democrática», se hará un recorrido reivindicativo por La Punta y Font d'En Corts y pondrá el foco en el comercio tradicional y la lucha contra la corrupción.
El cartel
María José Broseta presentó ayer los actos más destacados de la cita, que empieza el próximo viernes, día 14 de junio, y cuyo cartel es obra de los artistas José Luis Ceballos y Francisco Sanabria. Según dijo, los artistas han plasmado «a la perfección» el lema, que «pretende poner en valor la importancia del movimiento vecinal como garante de la libertad, el bienestar en los barrios y los derechos sociales», algo que «se ha reivindicado desde tiempos de la dictadura hasta ahora y que se seguirá haciendo independientemente del color político del gobierno de turno».
Broseta reiteró «la importancia de un movimiento vecinal más vivo y necesario que nunca para afrontar los retos del futuro» como se ha visto en «los problemas de convivencia del Cabanyal, la lucha contra la excesiva privatización del espacio público en forma de terrazas o la gentrificación que provoca el descontrol de los apartamentos turísticos». En todos estos casos se está ejerciendo «una gran presión necesaria para que los políticos vean que la sociedad no está dormida y tomen las decisiones contando con ella».
