Hace unos días que Paco Ruiz perdió a su loro, Eva. Había salido a hacer ejercicio al cauce del río Túria y se había llevado consigo a Eva, como hace siempre, con un arnés extensible a 15 metros cubriendo su cuerpo. Sin embargo, Eva se asustó y, al salir volando, la cuerda cedió. Desde entonces Paco, que considera a Eva su mejor amiga, inició su búsqueda.
Pegó carteles por toda València en el que figuraba una foto del loro, la descripción del mismo (gris, con una cola roja) y una recompensa de 1.000 euros para quien la encontrase y la llevase de vuelta con él. Una cantidad de dinero que muchos verían desproporcionada, pero no Paco. "Si la búsqueda hubiese durado mucho más, habría subido la cantidad", indica el propietario de Eva (con una cuenta en instagram de más de dos mil seguidores). De hecho este tipo de loro puede costar en el mercado cerca de los 700 euros.
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