La Unió de Llauradors trasladó ayer su malestar porque ni la Generalitat ni el Ayuntamiento consultaron ni solicitaron información a los arroceros acerca de los problemas que se suceden en el parque como el polémico descenso de agua: «Siempre han mostrado buena predisposición para hablar», apuntaron desde la institución.

El responsable del sector del arroz de la Unió, Enric Bellido, indicó que, desde la administración pública, «se optó por ensalzar la labor de los ecologistas y demonizar a los agricultores cuando hay que darse cuenta de que esto no ayuda a la convivencia; nosotros apostamos por sumar porque todos somos importantes». En ese sentido, el responsable del sector del arroz de La Unió, aclaró que «sin la actividad arrocera y la gestión racional del agua que realizan los agricultores, el parque de l'Albufera no existiría tal y como lo tenemos en estos momentos».

Desde la corporación también criticaron la actitud de la Generalitat y del Ayuntamiento de València al «poner en cuestión y menospreciar durante las últimas semanas el importante papel que desempeñan los arroceros para una correcta gestión del Parque Natural de l'Albufera».

Según la agrupación de Llauradors, el problema actual de l'Albufera es que los niveles de agua son demasiado altos por la falta de dragado: «La presión urbana e industrial ha provocado numerosos vertidos que han ido a parar a las aguas del parque de l'Albufera y los sedimentos han ido subiendo». En relación a la postura del alcalde de València, Joan Ribó, y su renuncia a la presidencia de la Junta de desagüe, la Unió manifestó que no comprenden ni comparten la postura. En este sentido, Enric Bellido comparó la posición del alcalde con «un capitán de barco que deja abandonada a su tripulación ante cualquier problema que surge».

Críticas al alcalde Ribó

La Junta de desagüe de la Albufera también manifestó ayer que la relación de los niveles de agua que aportó la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) son de dominio público «a pesar de que este organismo estatal trabaja con material deficiente y obsoleto por falta de mantenimiento y renovación». Asimismo, la Junta también declinó las «responsabilidades sobre el brote de botulismo aviar producido en el Tancat de la Pipa porque la mala gestión de las aguas en esa zona es responsabilidad de sus gestores». Desde la organización también aclararon que «resulta sorprendente que el máximo responsable del consistorio, propietario del lago, decida abandonar el cargo en plena polémica suscitada por un informe. Sería la primera vez que ocurre».