Cada 8 de noviembre, desde 1949, el Día Mundial del Urbanismo se celebra en más de 30 países de todo el mundo y, de nuevo, València se suma a esta efeméride con la segunda edición de la Semana del Urbanismo, con la que queremos consolidar una celebración que tiene como objetivo involucrar a toda la ciudadanía y acercar el urbanismo a las personas, poniendo en valor la importancia y el impacto que tiene en nuestra calidad de vida y en nuestro día a día.

Es por esto mismo que el lema de este año es «València, espai vital», como concepto que remite a esa zona de seguridad que tiene un ser humano, ese núcleo íntimo y personal que le es propio y en el que comparte sus inquietudes y anhelos con otras personas. El urbanismo ha de lograr que la ciudad en su conjunto ofrezca esa sensación de espacio propio y seguro donde relacionarse con las demás personas.

Para esta Semana del Urbanismo hemos organizado actividades de todo tipo encaminadas a subrayar la importancia de los usos del espacio público. El trabajo de recuperación para la ciudadanía que realizamos de estos espacios es constante, y queremos poner el acento en lo que hemos denominado la «València, ciudad de plazas». Porque uno de los debates más importantes que tienen que resolver las urbes es qué hacer con el espacio público que liberarán los coches, lo que permitirá que las plazas dejen de ser rotondas y vuelvan a ser un espacio de encuentro ciudadano, lleno de vida.

Claramente, el lugar que va a protagonizar esta transformación durante los próximos años es la plaza del Ayuntamiento. Zona de paso de vehículos, donde las personas quedan escoradas a los márgenes, está a punto de iniciar el proceso que la convertirá en el epicentro de la actividad ciudadana de nuestra ciudad. Un cambio de modelo que supone una reconquista del espacio público para las personas y que estamos llevando a cabo en barrios como Patraix, Malilla, San Marcelino o El Cabanyal-Canyamelar, en los que estamos recuperando las plazas para sus vecinos y vecinas, porque la peatonalización es la transformación urbana que vamos a impulsar en los próximos años.

El proyecto de «València, ciudad de plazas» y el conjunto de peatonalizaciones que van a abrirse paso ya no suponen solo un cambio del entorno, sino utilizar ese entorno para que cambie la vida de los barrios y los espacios que compartimos. Supone modificar la forma en la que nos movemos proponiendo de forma activa que humanicemos y paseemos la ciudad o que nos desplacemos perjudicando lo menos posible el aire que respiramos, pero también, e incluso más importante, implica dejar de pensar la ciudad desde una óptica individual o privada y apostar por una convivencia en el espacio público más cercano.

Porque el urbanismo moldea no solo las calles, sino también las vidas. El urbanismo también es un mecanismo de transformación social y en nuestra propia ciudad tenemos ejemplos positivos y negativos. ¿Cuánto mejoró nuestra ciudad el rio verde o cual sería la realidad de barrios como el Cabanyal-Canyamelar si no se hubieran sometido a una degradación urbanística planificada? El urbanismo determina. Hacer de las plazas una red social en vivo, una en la que nos miramos a los ojos o conversamos en persona, hará mejor València. Por ello, en esta segunda edición de la Semana del Urbanismo pondremos en valor cuatro ejemplos de espacios destinados al vehículo privado que se han convertido en verdaderos espacios vitales para los barrios. Las plazas Rojas Clemente, Arzobispo Olaechea y Lorenzo de la Flor serán objeto de celebración al estar ya completamente reurbanizadas, mientras que la plaza del Ayuntamiento acogerá el evento central de la semana como apuesta de futuro, con el concurso de ideas para su remodelación como horizonte próximo.

Además, hablaremos del espacio público y el turismo, nos empaparemos de experiencias de otras ciudades como Barcelona, recuperaremos los sopars a la fresca, los juegos en la calle. Pondremos a las personas como protagonistas en sus barrios y en la ciudad en general para que cualquier rincón de València pueda ser un espacio amable, inclusivo, seguro, accesible. Un espacio para estar, jugar, relacionarse, disfrutar. En definitiva, para que València sea un espacio vital. Tu espacio vital.