Si hay algo que tiene claro la concejala Elisa Valía es que su obligación es defender los intereses de València y repartir las responsabilidades del tratamiento de aguas residuales entre todos los municipios que depuran en la planta de Pinedo, once en total. Su propuesta es que se aumente la capacidad de la depuradora de València, pero sin ocupar más superficie de la que tiene en la actualidad. Y si ha de construirse una segunda depuradora, que es otra opción que ella defiende, que se haga en alguno de los municipios implicados. Finalmente, propone que cada uno de estos municipios tenga su propio depósito de tormentas para recoger sus aguas y enviarlas a la depuradora de manera ordenada, de manera que no se produzca el desbordamiento de la misma.
«València no tiene por qué absorber el agua de todos los municipios. Debe haber una planificación general por parte de la conselleria para que la capital no lo asuma todo. Nos da igual que sea con otra depuradora y dos depósitos, o con cinco depósitos y la depuradora, pero en València no queremos más infraestructuras de este tipo», defendió Elisa Valía, que recuerda que en los otros pueblos no hay ninguna infraestructura de este tipo. «Nosotros tenemos que defender València y los pueblos tienen que colaborar», dijo la concejala, que considera prioritario elaborar un plan general para reordenar el destino de las aguas residuales sin que haya contaminación cada vez que llueve.
