Quatre Carreres es el distrito de la ciudad más castigado por el desempleo. Casualidad o no, es el lugar en el que Mensajeros de la Paz inauguró ayer su primera sede en la ciudad de València. Con la presencia del padre Ángel, todo un fenómeno de masas, que ayer tuvo jornada completa en la ciudad, rematada por el estreno de una planta baja en la que se ofrecerán servicios integrales a personas necesitadas.
La asistencia social está reglada y para evitar los abusos de los usos, en este caso se trata de varias docenas de familias escogidas por el centro de Servicios Sociales del distrito. En la calle Godofredo Ros encontrarán los servicios que ofrece el voluntariado: un pequeño banco de alimentos con artículos de primera necesidad; un ropero con piezas obtenidas por donaciones, un comedor, un servicio de comidas o cenas -procedentes de las donaciones de Mercadona y Consum- y diferentes asistencias sociales, desde la atención a la exclusión a asesoramiento ante el final de la vida.
Ángel García, el padre Ángel, ha desarrollado su actividad en países como Benin o Perú, pero ahora no ha tenido que irse tan lejos. Las circunstancias obligan. «En València hemos encontrado el eco en las instituciones. Llevábamos ya años con otras actividades y dadas la situación actual, hacía falta un centro integral, de alimentar, formar, dar trabajo... el Papa Francisco siempre dice que una persona puede ser pobre, pero nunca le debe faltar la dignidad» aseguraba.
A sus 83 años mantiene el vigor y el carisma. Le acompañaron los ediles Isabel Lozano, Fernando Giner (vinculado durante mucho tiempo a Casa Caridad) y Javier Copoví, así como los voluntarios y simpatizantes de Mensajeros. «Hoy se trata de atender con dignidad y tener un proyecto de futuro. La gente quiere vivir de su trabajo, no de la Caridad. Y no lo puede hacer ni el poder público exclusivamente ni las ONGs o la Iglesia exclusivamente. El mundo es mejor cuando estamos unidos».
La visita del padre Ángel a València coincidió con el 58º aniversario de Mensajeros de la Paz. Durante la jornada tuvo reunión con el alcalde Joan Ribó, quien no dudó en afirmar su «total sintonía» con él. El padre Ángel no esconde sus simpatías por el progresismo y con el compromiso social. Ribó destacó de él «su obra, en busca de la justicia social y la dignidad» de todas las personas.
