València se adherirá al Acuerdo por una Ciudad Verde, un movimiento de ciudades europeas comprometidas con la preservación del medio ambiente, que aceptan tomar medidas para mejorar la calidad del aire, el uso del agua y la conservación de la biodiversidad urbana, avanzar hacia una economía circular y reducir la contaminación acústica, como objetivos a cumplir en 2030. El Ayuntamiento planificará políticas y programas de manera integrada para conseguir estas metas y presentará informes cada tres años sobre los progresos realizados. El Pleno tiene previsto aprobar mañana la firma de este acuerdo.

El vicealcalde y concejal de Ecología Urbana, Sergi Campillo, ha destacado que «en las zonas urbanas vive alrededor del 70 % de la población de la Unión Europea» y «el estado del medio ambiente urbano afecta a todas las personas que viven y visitan la ciudad».

Cinco objetivos

Con el Acuerdo por una Ciudad Verde se marcan cinco grandes objetivos para 2030. Por un lado, mejorar la calidad del aire y acercarse a los valores recomendados por la Organización Mundial de la Salud, además de impedir cuanto antes que se continúen superando los valores establecidos por las normas de calidad del aire de la Unión Europea.

Otro propósito es mejorar la calidad de las masas de agua y el uso eficiente de este recurso. Igualmente se pretende progresar en la conservación y el aumento de la biodiversidad urbana.

Asimismo, se quiere avanzar hacia una economía circular, para lo cual se plantea mejorar la gestión de los residuos domésticos, disminuir la generación y vertido de residuos y aumentar las prácticas de reutilización, reparación y reciclaje.

Reducir la contaminación acústica hasta llegar a los niveles recomendados por la Organización Mundial de la Salud también es una de las metas fijadas para 2030. «La calidad del aire y el agua, el bajo nivel de ruido y el acceso a la naturaleza son factores fundamentales para nuestro bienestar físico y mental», dijo el vicealcalde.

Para trabajar en las líneas del acuerdo, el Ayuntamiento definirá en un plazo de dos años un conjunto de metas en los cinco ámbitos de acción, fijará unos niveles de referencia como punto de partida de cada uno y planificará políticas y programas de manera integrada. Además, presentará informes cada tres años sobre los progresos realizados.