Tal día como ayer, la Virgen Dolorosa del Cabanyal debía haber salido a las calles en el primer gran día de la Semana Santa Marinera. Pero continúa sin salir. Ni ella ni ninguna de las imágenes. Ayer, en comparación al año pasado, por lo menos, sí que hubo una eucaristía con una Iglesia de los Ángeles abarrotada (abarrotada al 50 por ciento). Escena repetida en el Rosario y en Santa María del Mar. Las imágenes reciben la pleitesía de los estandartes como señal de que la sociedad del Marítim quiere continuar viva, aunque vaya para tres años sin poder mostrar todo su esplendor. Las dolorosas sí que salieron en 2019. Fue de las pocas que recorrieron las calles antes de que los cielos se empeñaran en atormentar. En 2020 no hubo nada más que melancolía. Y ahora casi lo mismo, pero, por lo menos, se puede entrar si estás a tiempo.

Cofradías y hermandades se dedicaron a recordar a los hermanos y a los vecinos que han faltado este año, especialmente aquellos a los que arrebató el Covid. En el Grao, por ejemplo, dolió especialmente cuando se fue Jesús «el Cañero» y su esposa Antonia. Tragedias y dolor ha habido en todas partes y por eso, el párroco de los Ángeles no dudaba en decirle a la imagen que «te ofrecemos el dolor». Pero también la esperanza y la solidaridad: en el altar mayor, una cesta con alimentos no perecederos recordaba la labor social de los Granaderos del Cabanyal.

Si la principal fiesta de la ciudad son las Fallas, se ha puesto mucho el acento, con razón, en la prolongación en el cargo de las falleras mayores y sus cortes de honor. Pero lo mismo sucede con todas las fiestas con cargos representativas. Esa es la razón por la que, por ejemplo, Marina Civera asistiera, ya como clavariesa de honor a la procesión del Martes Santo, de 2019, y continúe en el cargo. Le acompaña su homónima infantil, Sara Larrazábal, pues el cargo ya se ha desdoblado también en la versión infantil. La Delegada del Gobierno, Gloria Calero, acudió en representación del Ministro de Transportes, José Luis Ábalos, quien junto al empresario y presidente de la falla Convento Jerusalén, Francisco Segura, son los granaderos de honor, también por partida doble. Porque la Semana Santa también dobla, sobre todo la ausencia.

A base de iglesias abarrotadas (abarrotadas al 50 por ciento), la Semana Santa seguirá paseando su particular soledad a base de imaginación. Hoy, Sábado de Pasión, las calles deberían bullir. La Hermandad de la Coronación de Espinas hará una representación del tercer misterio doloroso en el interior del templo. Fuera, nada: sólo letreros luminosos de hermandades y balcones engalanados.