Si esto fuese un verdadero viaje en el tiempo, estaríamos recorriendo alguna carretera nacional a bordo de un Renault 11 y en la radio sonaría ese "Qué bueno, qué rico, qué lindo, Paris Latino..." del grupo francés Bandolero que, (inexplicablemente) llegó a ser una de las canciones más escuchadas del 1984. En Cofrentes, la central nuclear estaría a punto de inaugurarse, Felipe González sería nuestro presidente del Gobierno. A estas alturas del año 1984, ETA ya habría matado a nueve personas.
La recolección de fotografías de satélite permite recordar cómo éramos y observar cómo hemos cambiado en estas casi cuatro décadas que nos separan de aquel lejano 84 en el que se aprobó como Himno Oficial, tanto en su partitura como en su letra, la música de Serrano y Thous. El crecimiento demográfico provoca una inevitable expansión urbanística (a lo ancho o a lo alto) y, al mismo tiempo, el paso de los años está acompañado por diferentes operaciones urbanísticas que marcan el entramado de la ciudad.
La imagen aérea de 1997/98 del Instituto Geográfico Nacional nos permite observar cómo estaba la zona de la Ciudad de las Artes y las Ciencias en ese momento. Hace más de 20 años, la avenida de Francia era un trazado urbano desolador en pleno proceso de desintoxicación de la tierra que anteriormente había sido ocupada por industrias químicas. En aquel momento no había ni rastro del barrio que hoy conocemos, tampoco de los edificios más icónicos del distrito de Camins al Grao.
En la imagen se reconoce una estampa bien distinta a la de este 2021, pues en 1998 el edificio del Centro Comercial Saler era lo único que permitía intuir la transformación radical de un punto de la ciudad en la que las obras del Hemisfèric estaban muy avanzadas y mientras que comenzaban las del Museo de las Ciencias. De la Torre de Francia, la Ciudad de la Justicia o El Corte Inglés no hay ni rastro.
Sin embargo, uno de los puntos del mapa más llamativos está en la costa de la ciudad. La expansión del Puerto de Valencia supone un cambio radical del trazado de la misma. Conforme avanzan los años se hace evidente cómo València ha ganado terreno al mar. Los muelles han avanzado sobre el mar en cuestión de cuatro décadas alcanzando unas dimensiones faraónicas que distan mucho de las de 1984 y que han permitido el avance y consolidación de esta instalación marítima.
En el vídeo que acompaña a esta información se hace evidente la desaparición de la playa de Nazaret, así como la mutación de la antigua dársena, y la construcción de la Marina Real, ahora llamada Marina de València. Pero también la construcción del Parc Central, el crecimiento de la zona sur de la ciudad, la consolidación de la ronda norte, la edificación de gran parte de la Universitat Politécnica, el Campus de Tarongers o el nuevo Hospital La Fe.
