Las obras de reforma de la Plaza de la Reina y de la Plaza de Brujas amenazan con descubrir importantes restos arqueológicos. De la Plaza de la Reina, en concreto, los técnicos creen que «aparecerán restos de todas las civilizaciones que han pasado por nuestra ciudad», sobre todo los recintos amurallados de época romana e islámica. "Desde la Concejalía de Patrimonio y Recursos Culturales estamos haciendo una gran apuesta por el servicio de arqueología de la ciudad", aseguró la concejala Glòria Tello, quien añadió que este gobierno considera necesario "poner en valor, catalogar y cuidar todo nuestro pasado arqueológico, ya que es nuestra historia, nuestros orígenes". Prueba de ello sería la recuperación de la beca municipal de arqueología que el PP eliminó hace diez años, dijo.

Los técnicos recuerdan en un informe sobre posibles restos arqueológicos que en ambas plazas se construyeron aparcamientos subterráneos que han acabado con la mayoría de la riqueza antigua, pero creen que en sus márgenes es posible encontrar importantes vestigios del pasado que ayuden a conocer mejor la historia de la ciudad.

Por lo que respecta a la Plaza de la Reina, la idea es realizar tres catas arqueológicas, dos de ellas en la calle Micalet con las calles Zaragoza y Campaneros; y una tercera en el acceso a la calle del Mar. En términos generales, la previsión es encontrar en la Plaza de la Reina «un primer nivel en el que aparecerán los restos de las construcciones y viales de finales del siglo XIX: restos de de la antigua plaza del Miguelete, de la antigua plaza de la Reina y de las antiguas calles de Zaragoza, calle Campaneros y calle Cabillers, con sus carriles de tranvía y sus pavimentos de adoquines de rodeno; así como parte de los edificios con fachada a calle Campaneros, cuyos orígenes se remontan a época medieval».

En un segundo nivel podrían aparecer tanto viales como construcciones de época islámica; y en un tercer nivel estarían los restos correspondientes a época visigoda, época a la que pertenecía una moneda de oro recuperada durante la intervención del año 1966.

También barajan los arqueólogos la opción de encontrar restos de «la ampliación de la ciudad en época romano-imperial, así como restos de la ciudad de época republicana, la ciudad fundacional, con restos de las primeras construcciones en el espacio ocupado por la antigua Plaza del Miguelete, restos de la muralla republicana que discurriría aproximadamente por la línea que va de la calle Corregería a la calle Cabillers, la relacionada tradicionalmente con la Porta Sucronensis, y sería posible recuperar elementos relacionados con la posterior Via Augusta».

«Como objetos arqueológicos muebles cabe la posibilidad de recuperar importantes conjuntos cerámicos procedentes de vertederos o pozos, así como elementos arquitectónicos o inscripciones», añade el informe técnico.

La Plaza de Brujas ofrece unas perspectivas diferentes. «Hasta el siglo XIV, con la construcción de la muralla cristiana, esta zona estaba situada fuera del recinto amurallado, y, al margen de algunas probables construcciones aisladas de época romana, su primera configuración urbana hay que relacionarla con el Arrabal de la Boatella», explican.

Durante las obras y, previo a ellas, está prevista la excavación de aquellos espacios destinados a alojar contenedores de residuos y la actuación sobre el resto de la plaza incluyendo nuevas instalaciones de servicios.

La previsión es encontrar un primer nivel en el que aparecerán los restos de las construcciones y viales de finales del siglo XIX. En concreto, restos de la antigua Plaza del Mercat y de la Plaza de la Comunión del Mercat, y de las antiguas calles del molino de Rovella (actual Plaza Ciudad de Brujas), de las Botellas, Belluga, de Sampedor, Comunión del Mercat (hoy calle Luchente) y Vieja de la Paja con sus carriles de tranvía y pavimentos de adoquines de rodeno.

En un segundo nivel habría tanto viales como construcciones islámicas del antiguo arrabal de la Boatella; y en el tercero, correspondiente a época visigoda, podría haber un edificio de culto aprovechando un antiguo edificio romano, que cuenta además con un cementerio de enterramientos colectivos de losas.

Finalmente, podría haber «construcciones aisladas de época romana, pero fundamentalmente de enterramientos individuales con cubiertas de tégula, muchas de ellas con marcas estampilladas, que formaban parte de la Necrópolis de la Boatella, situada en el entorno del Mercado Central y que llegaba hasta la calle de Sant Vicent».

Como objetos arqueológicos muebles cabe la posibilidad de recuperar importantes conjuntos cerámicos domésticos de época medieval, así como ajuares correspondientes a las inhumaciones de época romana.