La Junta de Gobierno del Ayuntamiento de València aprobará el próximo viernes el Plan de Inspección Municipal 2021-2023 impulsado por la Concejalía de Espacio Público, que tiene como objetivo mejorar la gestión de las denuncias relacionadas con las obras de particulares y las molestias de la hostelería y las terrazas que llegan al Servicio Municipal de Inspección. El ayuntamiento reforzará con medios tecnológicos (cámaras térmicas, sonómetros, tablets y software) el servicio.

Así lo explico ayer la concejala de Espacio Público, Lucia Beamud, quien detalló en relación a las denuncias relacionadas con las obras que entre enero y abril de este año se han emitido 688 informes, un 58% más que en el mismo periodo de 2020. Las principales denuncias por obras, una actividad que durante los meses de pandemia y confinamiento se ha incrementado, se deben a exceso de construcción. «Hay quien pide licencia para arreglar una cocina y acaba rehabilitando la casa entera», explicó Beamud.

A las denuncias por exceso de obra le siguen las quejas por la existencia de apartamentos turísticos en edificios que son residenciales, algo que fuera de Ciutat Vella, donde está prohibido, solo se permite en primeras plantas.

En relación a las denuncias por actividades calificadas, de las que el Servicio de Inspección tenía pendientes 402 en enero de este año, de las que se han resuelto ya 147, las principales motivaciones son la existencia de cocinas no autorizadas en locales de hostelería, las salidas de humos de los restaurantes y bares y el exceso de ruido.

El plan de inspecciones presentado ayer por Beamud es el primero de este tipo que elabora el ayuntamiento, que hasta ahora venía funcionando a partir de las denuncias de los vecinos que se recibían y que el funcionario municipal, en su condición de agente de la autoridad, se encarga de comprobar, tratando de corregir las infracciones. El ayuntamiento quiere ahora «ir más allá» dando valor añadido al trabajo de los funcionarios en aras del «bienestar de la ciudadanía», explicó ayer Beamud.

El plan, cuyo objetivo es reducir el número de denuncias y los tiempos de elaboración de los informes, tendrá así tres líneas: por un lado la preventiva, de otro la vertiente prospectiva, para «anticiparnos a los problemas y poner en marcha campañas», y una tercera línea encaminada a una «revolución tecnológica y optimización de recursos» del servicio de inspección, al que ya se ha dotado de nuevos ordenadores, teléfonos móviles, sonómetros y cámaras térmicas. Una mejora que ya se ha empezado a implementar y que se ha traducido en una reducción del volumen de expedientes.

Los nuevos medios han permitido, explicó la concejala, incrementar en un 105% el ritmo de señalización con pintura en el pavimento de las cerca de 4.000 terrazas de hostelería que ha en la ciudad y que la pandemia obligó a dejar en suspenso. También se han tramitado un 102% más de expedientes por denuncias relacionados con actividades de la hostelería.

Entre las novedades del nuevo plan de inspección destaca, explicó ayer Lucía Beamud, una «nueva forma de trabajar donde destaca la prevención y la planificación de reuniones con agentes sociales y económicos». Se establecen además líneas prioritarias de actuación y la realización de campañas específicas de inspección .