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El canal de acceso soterrado costará 437 millones y se construirá de 2023 a 2027

Las obras se compatibilizarán con la ampliación de la capacidad de la estación Joaquín Sorolla

El canal de acceso soterrado costará 437 millones y se construirá de 2023 a 2027

Las obras del canal de acceso ferroviario a la ciudad de València, que soterrará todas las líneas de Cercanías y alta velocidad de entrada a la ciudad entre la avenida Fernando Abril Martorell y el puente de Giorgeta (que tiene los años contados), empezarán en 2023 y se prolongarán hasta el año 2027, según informó ayer la nueva presidenta del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), María Luisa Domínguez, en la primera rueda de prensa que ofreció en la sociedad Valencia Parque Central Alta Velocidad SA.

Será la primera gran actuación de la red arterial ferroviaria de València, cuyo primer diseño data de 2003 pero que se modificó en 2008 y que permanecía aletargada por la crisis económica, tras la llegada en 2010 de la alta velocidad a València a la estación provisional de Joaquín Sorolla. A las obras del canal de acceso (de apenas un kilómetro) seguirán, en la próxima década, las del eje pasante (el túnel para el AVE y las Cercanías por el subsuelo de la ciudad), las de la futura Estación central de València y la nueva plataforma de alta velocidad València-Castelló. Los estudios informativos de estas tres últimas actuaciones se volverán a presentar en septiembre u octubre, después de que caducaran los anteriores documentos administrativos tramitados en 2008.

La complejidad de las obras del canal de acceso la da el presupuesto que tendrá esta actuación, que asciende a 437 millones de euros, que se extenderá en apenas un kilómetro (el pasillo de entrada a las estaciones de València por el bulevar Federico García Lorca) que por fin quedará liberado del cinturón de hierro que ha partido en dos durante décadas los barrios de Malilla, la Raiosa y Cruz Cubierta.

La actuación del canal de acceso consistirá en soterrar todas las vías de Cercanías procedentes de Gandia, Xàtiva y Castelló, además de completar el soterramiento de las de alta velocidad que salen en superficie desde 2010 poco antes del puente de Giorgeta.

Complejidad de las obras

La obra de ingeniería tendrá un triple reto: compaginar la ejecución con el tráfico ferroviario diario, garantizar el acceso en superficie a todos los trenes a las estaciones de Joaquín Sorolla y del Norte y, mediante los mínimos cambios, servir para el acceso soterrado cuando se complete la actuación ferroviaria-urbanística con la Estación Central y el túnel pasante. «Hay proyectos fáciles, complejos y después está el canal de acceso de València», admitió María Luisa Domínguez, la nueva presidenta de Adif, que hasta la semana pasada se encargaba de la planificación de proyectos ferroviarios.

El proyecto inició ayer el trámite de expropiación de los terrenos afectados que no son propiedad de Adif y se concretará con diversa tramitación administrativa en los próximo meses para poder licitar las obras a lo largo de 2022 e iniciarlas en 2023. El plazo de ejecución será de 51 meses y se compatibilizará con el aumento de la capacidad de la estación de alta velocidad Joaquín Sorolla, para dar cabida al previsible incremento de usuarios tras la liberalización de las lineas ferroviarias de larga distancia.

La previsión de Adif es que el túnel de Giorgeta no se derribe hasta un año antes de finalizar las obras, alrededor de 2026, para facilitar los trabajos. El Ayuntamiento de València ya ha comenzado a rediseñar el espacio urbano que liberará la desaparición de las vías para crear un bulevar Federico García Lorca «más verde y con menos viales», según avanzó el alcalde accidental y concejal de Movilidad, Giuseppe Grezzi.

De los 437 millones de coste inicial, el 50% será costeado por Adif y la mitad restante será cofinanciada por el Ayuntamiento de València y la Generalitat Valenciana, que buscarán «fórmulas de financiación», según adelantaron el conseller de Movilidad, Arcadi España, y el propio Grezzi.

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