"Aislamiento inhumano". Así define la Asociación de Vecinos y Labradores de Vera la situación en la que viven desde hace dos años. Después de que el temporal Gloria destrozara la pasarela que comunica la zona de huerta con la Malva-rosa (y viceversa) y que permanece precintada desde entonces. Tanto es así que, cumpliéndose dos años desde aquella destroza, la asociación ha presentado por registro de entrada del Ayuntamiento una reclamación para que se lleve a cabo la restauración de la misma. Transitar por la misma es inviable, puesto que lo que se llevó el vendaval por delante es la protección lateral no en las escaleras, sino en el propio paso elevado.

El informe técnico es lo único que se ha avanzado hasta ahora, y éste evidencia el mal estado de la estructura, que tiene ya 30 años de uso, incluyendo corrosión y soldaduras de mala calidad. Tres décadas de parcheo, más allá del hecho de que ni siquiera está habilitada para personas con movilidad reducida (como sucede, por ejemplo, con su hermana gemela en la calle Amparo Iturbi, al otro extremo de la ciudad, de mucha más reciente construcción). Por todo ello la alternativa no es repararla, sino generar una nueva estructura. La pasarela está cerrada, lo que no es óbice para que haya personas que se salten el precinto y crucen, totalmente desprotegidas, con el riesgo de caer a las vías.

El acceso está cortado con vallas de y precintos de la Policía Local F. Bustamante

Esta pasarela es el paso de peatones que se instaló cuando desapareció el paso a nivel del Camino de Vera a causa de las obras de soterramiento de las vías del tren en Serrería. De hecho, es el lugar en el que éstas emergen nuevamente. El salto peatonal se desplazó unos metros sobre las antiguas barreras y han servido para conectar dos zonas de la ciudad siempre separadas por el camino de hierro, pero ahora más por el vallado metálico de la vía. Al otro lado de la misma hay masías y campos, de los pocos que quedan en la zona norte del término municipal.

El presidente de la asociación de Vera, José Mor, firmante del escrito, recuerda que ya la caída de la pasarela fue debida "en parte al deterioro corrosivo por falta de mantenimineto desde hace años". Las barandillas se retiraron y hasta la fecha continúan sin reponerse. Por lo que el paso de un barrio a otro tiene que darse un rodeo de casi un kilómetro, hasta alcanzar el primer acceso disponible, en la calle Agustín Alemán, un camino poco pensado para el peatón "con caminos sin aceras y escaso arcén". Se quejan además de que el aislamiento se agrava por la ausencia de autobús público y que todo ello redunda, en definitiva, en "perjudicar a la zona de l'horta, a sus labradores y vecinos", recordando la otra parte: "las personas de Patacona o Malva-rosa que vienen o trabajan en esta zona huertana". La zona de huerta es uno de los espacios naturales de paseo para los vecinos de la zona marítima.