La preciosa Custodia hecha en el siglo XV por el orfebre Juan Castelnou por encargo el Cabildo de la Catedral para las procesiones de Corpus de Valencia desapareció durante la Guerra de la Independencia cuando fue embarcada hacia Mallorca para salvarla de los saqueos de las tropas francesas, donde se le perdió la pista. Akguien aseguró que la meritada obra de arte acabó en Gran Bretaña. De ella no tenemos ningún documento gráfico, aunque es probable sea la reflejada en el almbun de acuarelas e Tarín Juaneda, que refleja una procesión de Corpus del sioglo XVIII.

 En 1456, terminada de construir la Custodia de Juan Castellnou. Al salir en procesión, pesaba tanto, que era llevada por 16 sacerdotes revestidos de dalmática, que se alternaban con otros 16 a cada poco trecho. Por el Dietari del Capellà d´Alfons el Magnànim sabemos que la Custodia pesaba 424 marchs e ii onces. En palabras del canónigo e historiador José Sanchis Sivera fue,

[…] una maravilla de orfebrería, un ascua de oro, una especie de templete afiligranado, de catorce palmos de altura, cuajado de caprichosas labores, destacándose multitud de imágenes minuciosamente cinceladas, en las que resplandecían las piedras preciosas.

           Las figuras bíblicas esculpidas en aquella Custodia templete fueron: Abraham, Melquisedech, Elías, Salomón, Daniel, Moisés y los cuatro profetas, las cuales estaban colocadas en el cuerpo inferior del mismo. En el cuerpo central figuraban la Virgen María, san Vicente Mártir, san Lorenzo, san Pedro, san Pablo y san Juan Evangelista. Sobre el Araceli fueron colocadas las imágenes del Padre Eterno y el Espíritu Santo.

           El historiador y canónigo José Sanchis Sivera no conoció directamente la Custodia, pero si un manuscrito, que encontró en la Biblioteca Histórica de la Universidad de Valencia titulado “Libro de las Antiguedades de la Santa Metropolitana Iglesia de Valencia”, donde se describe esta obra de arte del orfebre Castellnou y que por su interés catequético reproducimos parcialmente aquí.

“Al pie de cada pilar… están acomodados los cuatro Evangelistas. El contorno de los pilares y sus claros los ocupan seis simulacros… al uso de los que pintan los profetas antiguos. El primero es Abraham, éste lleva en el pecho una pieza de oro… En la mano derecha una llama de fuego y en la izquierda un cuchillo. El segundo simulacro representa a Melquisedec: lleva corona sobre su cabeza… En la mano derecha, una redomita, y en la izquierda, dos tortas. El tercero representa al profeta Elías; lleva en el pecho una pieza de oro… El cuarto es el rey Salomón, lleva un cetro en la mano derecha… El quinto representa a Moisés; lleva unas tablas en las manos. La sexta imagen representa al rey David, lleva sobre su cabeza corona de rey… En la mano derecha, un cetro. Junto al torno de fino oro y de forma “sisavó” tenía seis capillas con imágenes de la Virgen María, San Vicente Mártir, San Lorenzo, San Pedro Apóstol, San Pablo y San Juan Evangelista. En la parte superior lleva por último término un Espíritu Santo, esmaltado de blanco, que, tendidas, forma una cruz muy perfecta… Bajo el Espíritu Santo, sobre la orla del Araceli, está el Padre Eterno, mirando a su precioso Hijo Sacramentado, elevada la mano derecha como que le da la bendición… En la parte inferior del viril va acomodado un San Miguel”.

      En el minucioso cuenteo iconográfico aparecen también

“[…] un Cristo de oro con la Virgen al pie de la cruz, un San Jorge, una Verónica, un Descendimiento de la cruz, Sayones que azotan a Jesús y un Ecce Homo...”

      El historiador dominico fray JosefTeixidor también hace una descripción, muy minuciosa, de la Custodia, que por su importancia para este trabajo,  el detalle de sus personajes y símbolos bíblicos se hace necesario reproducir. Como se observa, la iconografía y referencias al Antiguo Testamento son abundantes y mayoritarias.

      “El alto de toda la Custodia es de 14 palmos valencianos bien cumplidos. Al pie de cada columna a la parte interior ai un Evangelista. El contorno i claros de las columnas ocupan seis simulacros… vestidos de ropajes antiguos, según suelen pintarse los Profetas. El primero es Abraham: lleva sobre el pecho una pieza de oro, en que ay engastadas una piedra preciosa llamada Balax, tres esmeraldas, i tres perlas de cuenta: en la mano derecha una llama de fuego: en la izquierda una cuchilla: i una escarcela pendiente del cinto. El segundo representa a Melchisedec: sobre su cabeza lleva corona adornada de quatro gruesos granates i siete perlas de cuenta: una redomita en la mano derecha, i en la izquierda dos tortas. Representa el tercero al profeta Elías, que en el pecho lleva una pieza de oro con un Balax, tres esmeraldas i tres perlas de cuenta. El quarto representa al Rey Salomón con cetro en la mano derecha, bonete en la cabeza con una Turquesa, un Granate i dos perlas de cuenta, i en el pecho una pieza de oro, con un Balax, tres esmeraldas i tres perlas. El quinto representa a Moyses llevando en sus manos las Tablas. El sexto es el rei David coronada su cabeza con corona de Rei, seis perlas, quatro Granates, i en el pecho una pieza de oro con un Balax, tres esmeraldas i tres perlas de cuenta, i en la derecha un cetro. En el espacio que ay entre las quatro columnas está colocado el Viril, i su forma en seisavo, en cuyo tronco ai seis capillitas i en ellas acomodadas seis imágenes de un geme de altitud; i son la Virgen Maria, San Vicente Martyr, San Lorenzo, San Pedro Apóstol, San Pablo i San Juan Evangelista. En el remate o parte superior del Araceli ay un Espíritu Santo esmaltado de blanco, que con sus alas tenidas forma una perfectísima cruz: tiene en el pecho un diamante de gran tamaño i de gran valor por sus excelentes fondos: una perla como una avellana: un Rubí: un Safiro: tres perlas de cuenta, i unos serafines de oro. Debajo del Espíritu Santo, i sobre la orla del Araceli, está el Padre Eterno mirando al Sacramento, elevada la mano derecha como que da la bendición: i en el pecho lleva un Diamante tan grande i precioso, que está estimado en diez i ocho mil ducados. En la parte inferior del Viril está colocado un San Miguel del tamaño del dedo meñique, todo de diamantes. Forman sus dos brazos quatro diamantes, otros quatro las dos piernas hasta la cintura, i un solo diamante todo el pecho, con lo qual representa a un hombre armado de punta en blanco; i los faldones que se descubren y bajan del sayo tienen once diamantes. En la orla del Araceli… un Angel de oro,… un Crhisto de oro con la Virgen al pie de la cruz,… tres unicornios de oro,… un Salvage de oro,… una Sirena,… un Cisne,… un San Jorge,… una Veronica,…Entre el Viril y el tronco de la Custodia,… un Corazón,…un Aguilucho,… una clueca de oro, …polluelos que van picando los granos de trigo esparcidos, … un Angel deoro y en las espaldas una cruz esmaltada,… un cordón con treinta y tres crucecitas, el Descendimiento de la Cruz,…, dos Profetas, … algunos Srafines,… Cristo con la Cruz a cuestas, …Cristo atado a la columna azotándole los sayones,… un Ecce Homo,…”

           Probablemente, bosquejo de esta famosa Custodia sea la que aparece en las acuarelas de Tarin Juaneda, que es el único testimonio existente de cómo era una procesión de Corpus de Valencia en el siglo XVIII.

Guerra de la Independencia

           Cuando la Guerra de la Independencia, poco antes de la llegada de las tropas invasoras, el Cabildo de la Catedral de Valencia –conocida la suerte que habían corrido los tesoros artísticos de los templos en otras ciudades saqueadas y expoliadas por los franceses- decidió desmontar el formidable retablo en plata del altar mayor y llevarlo a un lugar seguro. El retablo, contratado en 1470 y terminado en 1507, era obra de los orfebres Francisco Cetina, Juan Nadal, Jaime Castellnou y Bernardo Tadeo Piero da Ponte, medía 6 metros de alto por 4,5 de ancho, y fue cuidadosamente desmontado, embalado en 58 cajas junto con toda la plata de la Seo y la Custodia del Corpus, bellísima obra de Castellnou, y fue llevado primero a Alicante y luego desde allí a Mallorca, de donde nunca regresarían.

Este es el testimonio escrito que tenemos de los hechos. El Cabildo de la Catedral,

“[…] embarcó todas las alhajas de gran estima por su valor material y artístico, entre ellas el retablo de plata del altar mayor, la soberbia Custodia (de Castellnou) y casi todos los relicarios que la piedad de los fieles y la munificencia de reyes, pontífices y prelados habían regalado a nuestra iglesia. Todas se custodiaron en el castillo de Alicante, pero trasladadas a Mallorca para mayor seguridad, la Junta Española se apoderó de ellas y las fundió, convirtiéndolas en moneda con que pagar gastos de guerra.”

           Lo que no lograron los franceses, lo consiguieron los españoles. El historiador y canónigo José Sanchis Sivera nos da noticia de que la Custodia puede que se salvara de la fundición y aún existe:

           “Persona digna de crédito por su respetabilidad y sus conocimientos en los fastos del país, nos hace observar que esta fue la versión que se hizo cundir para acallar en cierto modo las quejas de los valencianos; que la Custodia no fue fundida ni resultó de bronce, ni podía ser de este metal, sino que fue vendida a un alto personaje de la Gran Bretaña, en cuya nación se encuentra la referida joya; y aun se habla de personas que han podido verla y examinarla en el Reino”, escribe.