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La federación vecinal exige "resultados" y más coordinación en el ayuntamiento

La presidenta María José Broseta considera necesario «que a la ciudadanía no se la confunda con políticas que restan efectividad» y reclama la necesidad de integrar a los nuevos movimientos ciudadanos para acentuar las reivindicaciones

Broseta, con las autoridades y premiados al inicio de la fiesta. j.p.

La presidenta de la Federación de Asociaciones de Vecinos de València, María José Broseta, aprovechó su intervención en la gala de los Premis Federació 2022 -en el marco de la Semana Ciudadana- para afear la falta de una línea más uniforme entre delegaciones a la hora de llevar a cabo actuaciones en la ciudad. Así lo hizo al asegurar que «este ayuntamiento necesita mucha más coordinación entre las delegaciones. La ciudadanía quiere y necesita resultados rápidos y que no se les confunda con distintas políticas que restan efectividad, esperamos se superen estas deficiencias en pro de la ciudadanía, y que esto se consiga no sólo en la Administración local sino también en el resto de Administraciones pues su funcionamiento acaba teniendo una repercusión determinante en el día a día de la ciudadanía».

Cano, Valía, Broseta, Gómez, García y Lozano, en el «photocall». j.p.

Lo dijo Broseta en presencia no sólo de los representantes vecinales, sino de un nutrido grupo de concejales del equipo de gobierno, encabezados por la vicealcaldesa Sandra Gómez por parte del PSOE y de la síndica Papi Robles de Compromís. Los premios recayeron en Nacho Miramón, periodista de RNE y muy vinculado al movimiento vecinal; Clara Arnal, presidenta de la Fundación Juntos Por la Vida, y el Consell de la Joventut de València, aplaudidos por la gran familia del movimiento vecinal.

La fiesta reunió al movimiento vecinal en Jubiocio. j.p.

Broseta apeló a la «actualización», tanto a través de la entrada de nuevas personas como en la forma de comunicar las reivindicaciones o los propios elementos a reclamar. «La ciudad y, precisamente por esa batalla llevada a cabo a lo largo de la historia del movimiento vecinal, ya no reivindica elementos básicos, casi primitivos, que se reclamaban con fuerza en los años ochenta. Ahora el problema ya no es solo un semáforo, o que una finca desagüe en una acequia o que una vía de tren parta por la mitad un barrio».

También mostró la necesidad de abrirse a nuevos colectivos ciudadanos. «Las AAVV no nos podemos creer que somos el ombligo de los barrios, sabemos que debemos trabajar conjuntamente con las nuevas asociaciones y colectivos que están surgiendo desde una relación de igualdad, sin menospreciar a ninguna de las partes». Una invitación a los nuevos aires. «Estas nuevas asociaciones y colectivos, donde la presencia de los y las jóvenes es más numerosa, tienen que ver con sindicatos de vivienda o asambleas de barrio, que nacen y viven a través de problemáticas o demandas concretas, pero que no tienen una mirada integral; son más activistas pero menos militantes».

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