La ciudad de València tiene un compromiso firme por luchar contra el cambio climático y sus políticas sostenibles la han convertido en una de las cien urbes elegidas por la Comisión Europea para lograr la neutralidad climática antes de 2030. De hecho, el Ayuntamiento de València ya ha lanzado su Misión Climática, la primera incluida en la Estrategia Urbana 2030 y este reto constituye uno de los pilares fundamentales de la candidatura de València, finalista a conseguir el premio de Capital Verde Europea 2024.

Las ciudades representan más del 65 % del consumo de energía en todo el mundo. Por lo tanto, cambiar el actual modelo energético debe pasar, sí o sí, por transformar las urbes y reducir su emisión de gases de efecto invernadero.

Los efectos del cambio climático son cada vez más visibles y podrían llegar a ser irreversibles si no intervenimos para tratar de cambiar el curso de los acontecimientos. En este sentido, las Naciones Unidas llegaron a un acuerdo en su reunión de París en 2015 para establecer una serie de políticas que contribuyan a descarbonizar la economía.

¿Cuáles son los objetivos de la Unión Europea?

Con tal de contribuir a acometer una transición energética hacia un modelo más democrático y justo, basado en el uso de las energías verdes, la Comisión Europea se ha marcado una serie de objetivos a medio y largo plazo que involucran a todos los países comunitarios.

De este modo, los compromisos internacionales alcanzados por los países miembros de la Unión Europea incluyen la reducción de un 55 % de las emisiones de efecto invernadero antes de 2030, respecto a los valores de 1990.

Esta medida es tan solo un acercamiento respecto a la gran meta que se ha marcado la Comisión Europea para 2050: lograr la neutralidad climática. Así pues, la UE espera poder reducir la emisión de gases de efecto invernadero hasta lograr una cifra equivalente a la posibilidad de absorción natural del planeta -mediante suelos, bosques y océanos- a partir de la segunda mitad del siglo XXI.

Promover la movilidad sostenible es fundamental para descarbonizar la economía. ED

Con tal de avanzar hacia ese propósito, la Comisión Europea hizo un llamamiento a cien ciudades europeas para que logren adelantar este propósito veinte años y alcanzar la neutralidad climática en 2030. Las ciudades escogidas por la Unión Europea desplegarán una metodología y monitorización inteligente que permitirá evaluar si las políticas públicas y el impulso privado muestran su eficacia en la luchar contra el cambio climático.

Misión Climática València 2030

En línea con la misión de innovación propuesta por la Comisión Europea, València fue designada en abril de 2022 como una de las cien ciudades europeas que asumirán el reto de convertirse en climáticamente neutras e inteligentes en 2030.

El alcalde de València, Joan Ribó, calificó esta designación como “una de las noticias más importantes para esta ciudad en esta década” y resaltó que se trata de “un objetivo muy ambicioso que sitúa a València como referente europeo en la lucha contra el cambio climático”.

Una de las primeras consecuencias de la designación de València como ciudad que trabajará por la neutralidad climática en 2030 es la elaboración de los llamados contratos climáticos, es decir, un paquete de medidas integrales para la ciudad con las que tiene que lograr el objetivo y que tendrán que firmar el Ayuntamiento, la Generalitat Valenciana y el Gobierno de España.

De este modo, durante los próximos ocho años València estará en la vanguardia mundial en políticas de innovación e inversiones destinadas a conseguir la neutralidad climática dos décadas antes del objetivo general que se marca la Unión Europea. “El momento es ahora. Esta designación de València significa que la ciudad pisa el acelerador para materializar las políticas públicas innovadoras y las inversiones destinadas a ser climáticamente neutra e inteligente en 2030”, declaró el alcalde.

¿Cómo se va a hacer?

El propósito de la Misión Climàtica València 2030 es conseguir que la ciudad sea climáticamente neutra antes de 2030 y conseguir que la ciudadanía sea dueña de su propia energía. Para ello, la ciudad hace un llamamiento a todo el ecosistema económico y social comprometido con la ciudad para repensar el actual modelo de ciudad implicando a toda la ciudadanía.

València apuesta por aumentar los espacios destinados a la ciudadanía. EDUARDO RIPOLL

En este sentido, el éxito de esta iniciativa pasa por impulsar el cambio del modelo energético de la ciudad, apostando por el desarrollo de un modelo energético sostenible y justo.

Esta transformación requiere avanzar en el autoconsumo y, en general, en un modelo descentralizado en el que los agentes consumidores produzcan su propia energía, consiguiendo optimizar y reducir los excesos de consumo energético en los hogares y edificios de la ciudad.

Para ello, el Ayuntamiento de València apuesta por aprovechar las oportunidades que ofrecen las comunidades energéticas locales. En esta línea, el consistorio busca acercar la energía a la ciudadanía -además de ofrecerles acompañamiento, información y herramientas- para que esta tome un papel activo en la transición energética de la ciudad.

En segundo lugar, València está volcada en el objetivo de incrementar la producción de energías renovables a partir de las propias capacidades de producción que ofrecen las infraestructuras públicas, con el objetivo de lograr que toda cubierta y espacio público se convierta en una planta de producción de energía renovable en 2030. Así, por ejemplo, trabajan ya en la instalación de paneles fotovoltaicos en los tejados de los edificios públicos para el autoconsumo; en este sentido, en 2022 se han instalado en València más placas solares que en los últimos tres años.

Por último, es importante mejorar la eficiencia energética de los edificios e infraestructuras públicas de València. En los últimos años, los avances en este campo han sido notables, como demuestra el hecho de haber conseguido reducir el consumo de energía a nivel global en la ciudad en un 17,9 % entre 2007 y 2019; en esta reducción ha tenido especial impacto el plan municipal de mejora de la eficiencia energética del alumbrado público, habiendo conseguido un ahorro del 74 % en el consumo inicial de la instalación intervenida y un 24 % sobre el consumo total de todo el alumbrado de la ciudad.

Diferentes iniciativas

No obstante, y sin perjuicio de lo anterior, el Ayuntamiento de València se ha marcado el objetivo de fomentar una mayor cultura energética entre la ciudadanía para contribuir activamente al proceso de transición energética de la ciudad.

València dispone de diferentes ‘pulmones verdes’ dentro de la ciudad. JM LOPEZ

Para ello, en los últimos años han desplegado distintas iniciativas en esta dirección:

  • El ayuntamiento abrió en 2019 una Oficina de la Energía en el distrito de Algirós para informar, asesorar y acompañar a la ciudadanía en temas energéticos. El objetivo del consistorio es ampliar el número de oficinas por distintos distritos y pedanías hasta establecer una red que actúe como eje vertebral de la transición energética en València.
  • Con el objetivo de fomentar la creación de comunidades energéticas locales, el Ayuntamiento de València impulsó una experiencia piloto en Castellar-L’Oliveral con la participación de unas 40 familias, la cooperativa energética, la Fundación València Clima i Energía, una cubierta municipal y familias en situación de vulnerabilidad energética.
  • Desde hace algo más de cuatro años, València cuenta con un programa destinado a promover la eficiencia y el ahorro energético en colegios públicos. El ‘programa 50/50’ permite que el 50 % del ahorro de energía conseguido vuelva a las escuelas a través de una aportación económica que el centro puede utilizar a su voluntad, mientras que el 50 % restante es ahorro que se reinvierte en medidas adicionales de eficiencia energética dentro del centro.