El georradar sitúa el convento gótico de San Francisco bajo la plaza del Ayuntamiento

Los informes del georradar se hicieron en 1996 previos a la construcción de un aparcamiento subterráneo (que nunca llegó a ejecutarse) y que no se habían hecho públicos hasta ahora

El Consell de Cultura cuestiona el nombre actual de la plaza y aboga por una reforma a la altura del cenobio y joya gótica, derruido en 1891

El convento de San Francisco situado en la trama actual de la plaza del Ayuntamiento

El convento de San Francisco situado en la trama actual de la plaza del Ayuntamiento / Infografía V. Espasa Ramón

La investigación de más de una década llevada a cabo por el doctor en arquitectura y profesor de la Universidad Politécnica de València Vicente García Ros ha permitido situar con precisión dónde están las ruinas del antiguo convento de San Francisco. Se sabía que los restos del cenobio estaban bajo la actual plaza del Ayuntamiento pero no dónde exactamente. El investigador ha tenido acceso a los informes del georradar que se hicieron en 1996 previos a la construcción de un aparcamiento subterráneo (que nunca llegó a ejecutarse) y que no se habían hecho públicos hasta ahora. Una información que ha permitido a este experto en arquitectura franciscana ubicar dónde está cada parte del antiguo convento fundado en el siglo XIII por los franciscanos en terrenos donados por Jaume I tras la conquista de la ciudad. El colosal edificio, considerado una joya del gótico al nivel de Santo Domingo y donde llegaron a vivir 200 frailes, fue derribado en 1891 tras su último uso como cuartel militar después de que, con la desamortización de 1836, pasase a manos del Estado.

El convento de Sant Francesc estaba rodeado de un frondoso jardín, que se ubicaría bajo la actual fuente, que la ciudad intentó apropiarse en reiteradas ocasiones.

García Ros ha superpuesto los datos del georradar con los planos del cenobio recuperados en distintos archivos militares. A partir de ellos ahora se ha podido saber que debajo justo de la zona donde se dispara la tradicional «mascletà» se encuentran las ruinas de los dos claustros. El frondoso jardín que presidía la entrada del cenobio quedaría debajo de la actual fuente de la plaza. En el subsuelo de Periodista Azzati estarían las cocinas, y entre Correos y Barcas, las celdas de los monjes, en una de las cuales vivió Francesc Eiximenis.

La investigación del García Ros se publicará en la serie Minor del Consell Valencià de Cultura, en cuya sede se presentó el jueves el libro sobre el convento de García Ros, titulado «El Real Convento de San Francisco. Hoy Plaza del Ayuntamiento».

La presidenta del Consell de Cultura, Dolores Pedrós, apuntó que en la actual plaza del Ayuntamiento, denominación «irrelevante» y hasta «vulgar» no hay nada que recuerde al desaparecido convento. «El solar que dejó la destrucción del convento y sus jardines hace un siglo y medio no ha conseguido convertirse en un espacio simbólico, urbanístico ni patrimonial a la altura de la joya gótica perdida», dijo Pedrós que pidió «esfuerzo y altura de miras de todos para convertir la plaza del Ayuntamiento en el punto referencial y de calidad que la capital valenciana demanda». El autor del libro y asistentes a la presentación emplazaron al ayuntamiento para que en la nueva reforma de la plaza, cuyo diseño se adjudicó el equipo dirigido por Miguel del Rey (pendiente de ratificar por el nuevo gobierno del PP y Vox) se identifique, quizás con un pavimiento distinto, la huella del convento.

El concejal de Cultura, José Luis Moreno, que asistió a la presentación se comprometió a divulgar la historia del convento y las imágenes y recreaciones que se han realizado a partir de su investigación García Ros.

Ubicación precisa de las ruinas

El estudio con georradar que se hizo en los años 90 y los planos hallados por García Ros permiten ubicar con precisión donde están los restos

En su intervención, García Ros destacó la excelente fábrica gótica de la iglesia y la sala capitular, y aludió a los grandes arquitectos que intervinieron en el recinto, como Valdomar (siglo XV) o Pérez Castiel (siglo XVIII). El autor del libro subrayó la dificultad de reconstruir la historia de 653 años de San Francisco, que solo ha sido completamente posible gracias a fuentes de la orden franciscana «sobre todo, para reconstruir la morfología, porque la cartografía valenciana sobre un recinto tan complejo era insuficiente y contradictoria». La solución se la dieron los planos de Gustavo Valdés de 1876 y, sobre todo, los de Ulloa y Navarro de 1847.

Sobreponer la ubicación del convento en la plaza actual solo ha sido posible «con éxito» gracias al estudio del georradar en posesión del servicio de Arquitectura municipal, que «coincidía perfectamente con los planos de Ulloa y Navarro».

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