El truco de las madres para organizar la nevera sin gastar dinero y que quede como las de Pinterest

Mantener la nevera limpia y ordenada no parece tarea fácil y, sin embargo, es más sencillo de lo que crees. Últimamente se ha puesto de moda organizar el frigorífico con cajones transparentes, dispensadores de latas, depósitos cerrados en los que almacenar productos perecederos... Todo está bien colocado y en su sitio, esperando a ser utilizado, así que, a priori, parece una solución ideal.

Además, este tipo de organización es imprescindible en algunos departamentos de la nevera debido a que son muy grandes, sobre todo en los modelos más actuales, como el cajón de las frutas y verduras, que actualmente se elaboran en un tamaño considerable en el que es más fácil que los productos queden todos revueltos y que, al final, ni siquiera sepas con exactitud qué tienes en la nevera.

En estos casos, puedes recurrir a los típicos recipientes de organización que deberás comprar online o en tiendas especializadas en hogar, o bien optar por la solución que adoptan la mayoría de las madres y que no te costará ni un euro.

Para ello no tienes nada más que echar un vistazo a tu alrededor. Los alimentos que sueles comprar en el supermercado, sobre todo las frutas y hortalizas (como las uvas, los tomates o los champiñones, por ejemplo), están habitualmente envasados en recipientes de plástico que, una vez utilizados, puedes lavar y reusar como prefieras.

Estas pequeñas cajas, que también están a tu alcance en las bandejas de carne o embutidos, pueden ayudarte mucho a la hora de organizar la nevera y, sobre todo, el cajón de frescos.

Cómo organizar la nevera con envases

Para ordenar el frigorífico y el cajón de las frutas y verduras correctamente, elige los envases que mejor se adapten a lo que buscas en cada momento. Por ejemplo, los más profundas puedes usarlos para almacenar los tomates, los más planos para productos más duros y pequeños, como los pepinos, y los más pequeños para piezas de menor tamaño y cantidad, como por ejemplo, los aguacates.

Separa los alimentos por cajas (algunos, obviamente, no podrás almacenarlos así, como los puerros o la escarola, debido a su tamaño o su volumen) y distribuye los envases por el cajón de frescos con orden y sentido común. Los que puedas apilar, ponlos unos encima de otros y ten cuidado de que los productos más duros estén en la parte inferior para que los más blandos no acaben aplastados.

Coloca los que utilices más en las zonas a mano del cajón y los más grandes o voluminosos al final, para que no te impida la visión del resto de productos.

Lo ideal es que, además, guardes varios de estos envases de repuesto para poder sustituirlos cuando se ensucien o se rompan. No te cuestan nada, así que puedes ir guardando los que te parezcan más útiles. Si reorganizas la nevera, o al menos el cajón de frutas y verduras, con cada compra semanal y pones envases limpios cada vez (puedes tener de quita y pon), el frigorífico siempre estará aseado, sabrás lo que tienes y, por tanto, le darás más uso y desperdiciarás menos.