Tener un perro como mascota es una gran responsabilidad pero también una enorme satisfacción para ambos. Pocos animales consigue conectar con el ser humano como los perros y muy pocos logran crear una relación tan especial. La causa de esta 'química tan especial' se encuentra en que tanto el ser el humano como el perro son seres gregarios, que viven en familias y comunidades y que gracias a esta interacción con sus iguales lograr conseguir objetivos inalcanzables si solo actuaran como una unidad.

Los perros, canis lupus en término científico, son descendientes directos de los lobos y, por tanto, tienen una predisposición natural a desarrollar fuertes lazos familiares y de manada. Por eso, son capaces de crear vínculos muy fuertes con sus familias humanas.

Una de estos comportamientos que muchos humanos no acaban de entender es por qué los perros siempre intentan dormir en el cuarto o incluso en la cama con sus dueños.

¿Por qué los perros ladran a unas personas y a otras no?

Los perros tienen carácter y personalidad. Exactamente igual que las personas. Sin embargo, para ellos ladrar forma parte de su día a día. Es su forma de expresarse y de comunicarse. Los perros se comunican de muchas formas y ladrar (con todos su matices) es una de ellas. Otra es a través de comportamientos físicos que pueden estar relacionados con el sentido del olfato, el más desarrollado en esa especie.

Aunque los canes utilizan mayormente su lenguaje corporal para expresar sus estados de ánimo y percepciones del entorno, sus ladridos comunican las diferentes emociones, experiencias y estímulos que le rodean. Es una forma muy rudimentaria de hablar con otros perros pero también con los seres humanos con los que conviven. Para los perros ladrar es una forma de comunicar emociones y, de hecho, ladran de forma muy diferente en función del entorno y de la situación en la que se encuentran.

No es igual un ladrido para pedir comida o salir a la calle que un ladrido de alerta. Cada ladrido tiene un tono específico, frecuencia y volumen, algo que se puede apreciar con facilidad para atender al animal.

Pero más allá del sentido de cada ladrido, los perros casi siempre actúan de manera diferente según las personas. Hay con quienes no ladran y actúan con total normalidad pero también hay con quienes se comportan de una manera totalmente diferente: ladrando sin parar. ¿Por qué?

El motivo por el que los perros ladran a unas personas y a otras no... y no es culpa tuya

Los expertos coinciden en que los perros, casi como todos los animales, tienen un sexto sentido para percibir determinadas cosas de las personas y del entorno y actuar en función de esta percepción. Por ejemplo, si un perro identifica a una persona como parte de su familia no actuará igual que si no la conoce. Tampoco reaccionará igual con una persona que tenga miedo a los perros que con otra a la que le gusten. Aunque existe una explicación conductual, los perros perciben el miedo y reaccionan ante él primero por inseguridad y segundo por un impulso de jerarquía y dominación.

Si la persona le tiene pánico a los perros, el animal puede percibirlo e intentar demostrar su dominancia dentro de la jerarquía de la manada.

Sin embargo, los expertos también dejan lugar para algo mucho más simple. Hay personas que les caen mejor y personas que les caen peor y, en función de esto, actúan. A los perros hay personas que no les resultan simpáticas, por así decirlo y por eso les ladran.

En muchos casos, los perros reacciona a estímulos de los humanos que, casi siempre, no controlamos. Se trata de sustancias químicas que nuestro cuerpo segrega y los perros perciben, como hormonas o sudor. Cuando sentimos miedo u otra emoción extrema (estrés, ansiedad, sobreexcitación), nuestro cuerpo libera algunas hormonas al torrente sanguíneo y a los fluidos corporales (orina, sudor, etc.), las cuales alteran nuestro olor corporal. Aunque estas substancias pueden pasar desapercibidas para otras personas, el poderoso olfato de los perros es capaz de identificar fácilmente la alteración del olor en el cuerpo de la persona que experimenta esta emoción.

Finalmente, los canes también pueden ladrar por alguna experiencia traumática con esa persona en específico, por lo que demuestran miedo o enfado para llamar la atención.