Dos meses después de su lanzamiento en EE UU y en otros siete países, el Apple Watch, el esperado reloj inteligente de Apple, ha llegado a España.

Pero, ¿cómo es el dispositivo que inaugura una nueva forma de ver la tecnología? Tras haber probado numerosos relojes inteligentes a lo largo de los últimos dos años, lo primero que notas al ponerte el Apple Watch es que estás ante un dispositivo distinto. Tal como ya ocurriera con el iPhone y con el iPad, el mimo y el cuidado por el más mínimo detalle hacen que el reloj „si es que se le puede llamar así„ marque un punto de inflexión con respecto a todo lo visto y tocado hasta ahora.

Llama poderosamente la atención el hecho de que las aplicaciones en realidad no se ejecutan en el reloj, sino en el iPhone, creándose así el primer matrimonio indisoluble de la historia de la tecnología. Al menos hasta que un nuevo sistema operativo, más joven y vigoroso „y que está a las puertas„ se interponga en esta relación de amor.

Pero más allá de aplicaciones, el primer contacto con este nuevo reloj inteligente deja en el paladar la agradable sensación de estar ante el primer smartwatch que se va a convertir en un sustituto real de los relojes de toda la vida. Los tímidos „y poco exitosos„ intentos de la industria por crear tecnología para llevar útil y eficaz se han encontrado con un problema más que evidente: la falta de utilidad y eficacia de la inmensa mayoría de esos dispositivos.

Las pulseras y relojes inteligentes están bien, pero en su mayoría no dejan de ser un gadget que apenas hace una o dos cosas, y que rara vez baja de los 100 €, siendo los 300 € el precio más habitual. Apple con su Watch irrumpe como un elefante en una cacharrería y lo pone todo patas arriba: éste reloj es realmente útil para muchas más cosas y eficaz como pocos.

Pero, ¿será tan sorprendente en su uso diario como en este primer contacto? Veremos...