Han pasado ya algunos años desde que los primeros robot aspiradores entraron en nuestras vidas. O más que en nuestras vidas, en nuestros hogares. Siendo honestos, aquellos primeros dispositivos dejaban mucho que desear. Autonomías cortas, recorridos aleatorios que dejaban zonas de la casa sin barrer, una eficacia en la limpieza más que dudosa. Era dinero tirado al cubo de la basura. Pero como todo en esta vida, y muy especialmente en lo referente a la tecnología, la innovación es imparable. Y estos limpios cacharritos han evolucionado. Y de qué manera.

Los robots aspiradores de hoy en día nada tienen que ver con los que había en las tiendas años atrás. Ahora son inteligentes, más que nunca. Y aprenden de su trabajo, aumentando su eficiencia hasta límites insospechados. Los robots aspiradores actuales -al menos algunos de ellos- son capaces de escanear por completo una vivienda mientras van aspirando. De esta forma saben exactamente dónde hay una pared, dónde un sofá, y dónde un aparador con la vajilla de la abuela.

Bueno, en realidad el robot no distingue una pared de un aparador -con o sin la vajilla de la abuela-, pero detecta dónde están los obstáculos. Tras varias pasadas, y una vez el mapa está terminado, el robot va a tiro fijo. Eso significa que ya no tropieza con nada, puesto que sabe perfectamente dónde está cada cosa.

Este nivel de aprendizaje tiene, por otro lado, un inconveniente, y es que si lo que se encuentra es, por ejemplo, una silla con ruedas que movemos de un lugar a otro, dejará sin limpiar el lugar que ocupaba originalmente esa silla. Pero es un mal menor. Y subsanable, ya que los mapas se pueden editar y restablecer. Estos robots se controlan desde una aplicación móvil y en algunos casos podemos gestionar la potencia de aspirado, el número de pasadas, si queremos que reincida en una habitación e incluso si nos interesa que limpie solo una zona de la casa. Y todo desde el móvil.

Sí. Clara, directa y rotundamente sí. Pese a que la limpieza que realizan no es perfecta -y no, las esquinas no son un problema-, el hecho de que aspiren las veces que queramos todos los días hace que los suelos estén siempre limpios. Se pueden programar para que limpien cuando no estamos en casa, y la sensación de ver, día tras día, los suelos impolutos es maravillosa.

Estos robots se han ido diversificando y hay marcas -como LG- que ya tienen modelos con mopa incorporada, de forma que además de barrer, friegan. Otros, como iRobot tienen modelos solo con mopa y chorro de agua que friegan el suelo, y Ecovacs tiene otros capaces de limpiar las ventanas ellos solitos. Y para los más tecnológicos, están los robots de Neato, compatibles con Amazon Alexa y Google Assistant. ¡Una locura!