Con 70 gobiernos desde la II Guerra Mundial, no parece que el que salga de estas elecciones vaya a ser uno más. Si atenemos a las encuestas, y con permiso del elevado porcentaje de indecisos, Italia puede tener por primera a vez a una mujer como jefa de Gobierno. El primero, de ultraderecha en la historia reciente del país y de Europa Occidental. Giorgia Meloni, líder de la formación postfascista Hermanos de Italia, será, sin embargo, la última en votar. Lo hará a las 11 de la noche, al filo del cierre de las urnas. Eso sí, ha roto el silencio electoral con un tuit apelando a la historia. Cuenta asu favor, además, con el nuevo sistema electoral, que premia a las coaliciones previas. En su caso, con Silvio Berlusconi, de Forza Italia y Matteo Salvini, que, hasta que se disparó Meloni, eran el abanderado de la extrema derecha en el país. La izquierda, en cambio, concurre fragmentada. Así que, aunque el socialdemócrata Enrico Letta, del Partido Democrático, segundo en los sondeos, ganara, tendría complicado formar gobierno, ante la previsible concentración de escaños en el bloque de las derechas. El movimiento 5 Estrellas, de Giusepe Conte, va por libre, pero aspira a dar la sorpresa.