Las fuerzas del orden se preparaban para su llegada. Con gesto serio, Donald Trump aterrizaba en Washington para la lectura de cargos en la corte. Allí se declaraba inocente de intentar anular los resultados electorales del 2020.

El expresidente estadounidense negaba haber actuado mal y criticaba el proceso penal como un esfuerzo por dañar su campaña presidencial de 2024. "Esto es la persecución de un oponente político, decía. Se suponía que esto no podía pasar en Estados Unidos". Trump está acusado de cuatro delitos, entre ellos conspiración para defraudar Estados Unidos y manipulación de testigos.

Partidarios y detractores se agolpaban a las puertas del juzgado federal. Mientras unos defendían su inocencia, otros pedían su entrada en prisión.

A la vuelta su viaje, Donald Trump comentaba que había sido un día triste...

"Fue muy triste conducir por Washington DC y ver la suciedad, los edificios y las paredes rotas. Este no es el lugar del que yo me fui". Ahora ha quedado en libertad a la espera de su próxima audiencia el próximo 28 de agosto.