Catedral de Cádiz abierta para decir adiós a Miguel Ángel Gómez González. Con su familia y compañeros rotos por el dolor se despide a uno de los dos agentes embestidos mortalmente por una narcolancha en el puerto de Barbate. De 39 años, natural de San Fernando y buzo experto del GEAS, Miguel Ángel deja viuda y una hija de 12 años. Lluvia, silencio y emoción con cientos de compañeros presentes, tanto del Instituto Armado, como de la Policía Nacional, Local y miembros del Ejército, entre múltiples autoridades. Con una cuestión que recorre el altar, pero también la calle y las denuncias de las asociaciones de ambos cuerpos: la falta de medios apropiados para enfrentarse a las narcolanchas que habían fondeado en el puerto de Barbate. Es por eso que exigen dimisiones, entre ellas la del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, que en una entrevista al Diario de Cádiz, niega el aumento de violencia y la falta de medios contra el narcotráfico, mientras asegura que se abordó la situación del pasado viernes "de forma impecable técnicamente e inmejorable humanamente".