A la hora de ciruclar por carretrea, la seguridad vial es algo fundamental que debes respetar y etenr en cuenta. No por ti, ni por la sanción que puedes recibir si uncumples la norma, sino por la seguridad y el bienestar de otros conducotrs, viandantes ya quello que viajan con nosotros.

La velocidad sigue siendo la asignatura pendiente de muchos conductores españoles, a pesar del férreo control por parte de la Dirección General de Tráfico. Los radares son la herramienta más utilizada por la DGT de Pere Navarro, que cuenta ya con más de 1.300 dispositivos repartidos por el territorio español. Desde su instalación, los Radio Detection and Ranging (Detección y Rastreo por Radio) o radares han contado con un margen de error, del que se han aprovechado los más atrevidos para jugar con la velocidad máxima a la que circular. La regla del 5 y 7 está extendida entre los más espabilados, pero, tras un ajuste en el control metrológico del Estado, ya no servirán para evitar la multa. El margen de error existe por el propio funcionamiento del dispositivo, dado que emite unas ondas electromagnéticas que viajan a la velocidad de la luz a través del aire. La imagen de la infracción se recibe al rebotar estas ondas con los objetos, calculando así la distancia, la dirección y su velocidad. Siempre existe cierta tolerancia y aceptación ante un posible error del radar, de ahí los conocidos márgenes de precisión. Hasta ahora, el límite de los radares de la DGT (fijos y móviles) seguía la regla del 5 y del 7 para hacer la foto y procesar la sanción.