Los últimos nueve días han concretado de manera simbólica el tortuoso tobogán emocional del Villarreal de este curso. Las lágrimas de Cazorla tras fallar el domingo contra el Betis un penalti en el último minuto culminaron la desgraciada secuencia semanal del submarino, que ha pasado de estar virtualmente salvado con el 0-2 de Balaídos a pisar de nuevo la angustiosa zona de descenso con el 2-1 del Villamarín.

Una catarata de mensajes de apoyo a Cazorla brotó del mundo del fútbol, entre ellos este de Juan Mata, jugador del Manchester United: «La única «culpa» que tienes es la de hacer felices a tod@s l@s que te vemos jugar a fútbol. Dignificas este deporte, no te retires nunca, picho!»

Entre instantes de euforia fugaz y finales de crueldad extrema, de esos que ponen a prueba la coraza mental de cualquier grupo, el Villarreal se paseaba por Balaídos seguro de sí mismo, con 0-2 al descanso y perdonando el tercero, hasta que comenzó la segunda parte. Al poco, el héroe local Iago Aspas marcó el 1-2 de falta y el Celta volteó el partido (3-2).

Si lo de Vigo transitaba los límites de la realidad, lo del Barça en la Cerámica fue todavía más impredecible. El Villarreal se vio pronto dos goles abajo, un 0-2 que no fue 0-3 porque la madera así lo quiso. La reacción grogueta fue de alto nivel, contra pronóstico. Del 0-2 se pasó al 4-2. En el tiempo añadido, el Barça anotó dos goles y empató a cuatro, subrayando la debilidad defensiva del Villarreal, un quebradero de cabeza que Calleja ha intentado corregir por acumulación, con línea defensiva de cinco.

El fútbol aún guardaba otra trampa. Perdía 2-1 contra el Betis cuando una incorporación de Mario cobró un penalti a favor en el m. 89. Lo tiró Cazorla por el centro y lo embolsó Pau López porque se quedó quieto. El asturiano, el futbolista que recibe ovaciones en todos los estadios por su historia personal de superación, abandonó el campo entre lágrimas. Seguía derrumbado camino del avión, como mostró el periodista Javi Mata en un vídeo que se viralizó, con Cazorla hundido y Javi Calleja, el técnico, tratando de animarlo.

Vitamina Europa

En ese estado de angustia encara el Villarreal la eliminatoria de Liga Europa contra el Valencia. La competición continental ha enseñado a un submarino distinto, en especial en los cruces contra el Sporting y el Zenit. Sin la presión de la rutina, un Villarreal liberado ha exhibido su mejor cara.