El nuevo alcalde de Riba-Roja ha cerrado el campo de tiro de forma fulminante, de un día para otro, sin respetar la programación inminente. Esa diligencia valdría más para la ejecución de múltiples asuntos mucho más importantes. Una antigua sociedad de cazadores y una afición, tanto local como comarcal, merecen un poco más de respeto. Actuar así me parece una polítca errónea, cuando entre los aficionados al tiro también figuran algunos de sus votantes a quienes no les habrá gustado el gesto. Vicente Barrachina Villena. Valencia.