Quizás el llamado fracaso escolar no sea culpa íntegra de los estudiantes, sino más bien del sistema educativo, que ni educa ni enseña, instruye en un pensamiento más propio de pusilánimes que de librepensadores. El sistema educativo español no sirve de nada. Es un sistema subrepticio y calamitoso que ataca a degüello a aquellos que prefieren ser críticos con la doctrina. Esta sociedad cegada y ávida necesita de gente que lo cuestione todo. No nos podemos quedar con un sistema que aún no se ha adaptado a la modernidad.

Con este sistema funesto, mucha gente que vale más que un papel con una calificación, se quedará sin oportunidades y no podrá desempeñar la profesión para la que ha nacido. Que no seas bueno comentando textos, haciendo sintaxis o resolviendo derivadas, ¿quiere decir que no vayas a ser buen periodista, filólogo o matemático? El sistema educativo está para ayudar, no para devorar las ilusiones de unos estudiantes que ven su futuro con ncertidumbre. Y el sistema en que estudio hace de todo menos colaborar. Me llamarán resentido, inútil o cero a la izquierda, pero solo yo, sé para qué valgo y no hace falta que ningún examen ni las PAU me lo digan, porque ellos no entienden de personas, sino de números sobre un papel en un tiempo determinado. Jesús Ascó Gabaldón. Xeresa.