Me gustaría que se planteara en el ayuntamiento la forma de controlar la cantidad de perros que hay en Valencia. De un tiempo a esta parte, en la zona desde Fernando el Católico hasta Pérez Galdós veo que ha crecido de tal forma que aunque puede que algún dueño (que debe haberlo) que recoja las cacas, hay otros tantos que las dejan. Es prácticamente imposible andar en el entorno del Colegio Jesús-María sin pisar alguna. El otro día presencié como una persona invidente pisó una y casi se cayó. Estoy a favor de los animales, pero lamentablemente la gente maleducada solo entiende el mensaje de las multas. Ana Monserrat Romero. Valencia.